Cómo dejar de ser una madre rebelde y desafiante. Por Mercedes Moya

Tenemos que darnos cuenta es que nosotros provenimos de un sistema familiar con un modelo y una manera de educar que es posible dejar de perpetuar. Con comportamientos de confrontación nos cargamos la confianza, la relación y el apego perdiendo la capacidad de relacionarnos con nuestros hijos. Aprender a identificar los problemas, no solo los evidentes sino los subyacentes y no sólo los de los niños sino los nuestros. los adultos que interactuamos con ellos.