Dime qué ves. Por Conchi Martínez Vázquez.
El acogimiento (o la adopción) no es (sólo) un acto de generosidad. Es un acto de fe…en el otro. De confiar en él o ella, de creer en su capacidad de sanación a través del afecto y la resiliencia secundaria. Pero también es un acto de fe en un/a mismo/a, de confiar en que, pase lo que pase, se va a tener la capacidad de responder a las necesidades del niño o niña, aunque nos equivoquemos en ocasiones, pero desde la firmeza que otorga seguridad a los actos y decisiones que se toman
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