Los silencios y las mentiras. Dificultades en la comunicación de la revelación. Montse Lapastora

Algunas familias han decidido que lo mejor era “matar” a los padres biológicos. Decir a sus hijos que habían muerto, con la intención de simplificar el proceso de revelación y evitar que sus hijos tuvieran que enfrentarse a ellos.Suponían que el hecho de que ya no estuvieran vivos sería suficiente para que en sus hijos no surgiera curiosidad o deseo de saber. Pero lo que consiguen es todo lo contrario porque una relación basada en la mentira tiene poca consistencia.