Un cuento que acompaña tanto a niños  que van a ser adoptados como a los padres adoptivos y les va a ayudar a hacer visible lo que para ellos no está tan claro porque no se lo han explicado. Una trama que sostiene la esperanza y el coraje de atravesar las peores tormentas de la mano del amor incondicional de los adultos que tenemos que cuidar de los niños. Una ayuda para favorecer la vinculación en los procesos de adopción.

Dice la contraportada del libro:“Los niños no nacen con una buena o mala autoestima, es mediante la mirada de amor del adulto como aprenden a mirarse a sí mismos de la misma forma”. Pero a veces les falta esa mirada. Es este un cuento que enseña a los niños a cambiar la percepción de sí mismos, que les ayuda a  poner el foco en sus fortalezas para que aprendan a valorarse, a redescubrirse y a mirarse con otros ojos. Y a los adultos también.

Mirándome con amor es un cuento escrito para los más pequeños, pero también para los padres y todos aquellos profesionales que trabajen con niños y quieran aprender a desarrollar el amor a uno mismo y a los demás. Es un cuento cuyo pilar es la compasión, y compasión no es dar lástima o pena, sino ver el sufrimiento de los otros, sentirnos afectados por ello y hacer algo para aliviarlo.

Un relato ilustrado que cuenta diversas historias y que nos lleva de la mano a reflexionar sobre nuestra propia historia, sobre la de las personas más importantes de las que a veces nada sabemos: nuestros hijos, nuestros padres, pareja y hasta de esas personas que escogemos como familia aunque no lleven nuestra sangre: nuestros amigos más íntimos.

La Guía Adoptia para niños y niñas que han sido adoptados cuenta a través de tres personajes y sus historias cómo muchos niños viven a veces situaciones en las que otros compañeros se meten con ellos por tener un color de piel diferente, haber sido adoptados o por formar parte de una familia multirracial.

Este cuento está dirigido a los niños y a su familia, especialmente a aquellos más inquietos, desatentos, impulsivos, que tienen más dificultades para controlar sus emociones, a los que les resulta más difícil ponerse en la perspectiva de los demás y que necesitan entrenamiento en habilidades sociales.

El duelo no es proceso exclusivo de los adultos. Los niños lo sufren en igual medida cuando tienen que atravesar una situación dolorosa, como la pérdida de un ser querido. Cuando esto ocurre en un colegio, con la pérdida de un compañero la situación puede ser muy complicada.

ADOPTIA TXIKI. Guía para niños y niñas adoptados  (dirigida niñ@s de más de diez años) La guía Adoptia Txiki está dirigida a las niñas adoptadas y a los niños adoptados de más de 10 años. Se ha redactado tomando como ...