Una mujer de París, es un drama de 1923, dirigido por Charles Chaplin, que aprovecho para comentar en la semana del día Internacional de la Mujer.

Refleja la hipocresía sobre la mujer y su situación en aquellos años, de principios del XX, en los que su lugar parecería que solo podía ser el de madre, y casada. Y si no podía ser, como es el caso de nuestra protagonista, le quedaba la solución de adoptar a un montón de niños ella sola. Así se redime de «sus pecados» y se convierte en la santa que le toca ser.

Ha pasado un siglo, y el avance de la mujer ha sido tremendo, pero no podemos dejar de luchar, hombres y mujeres juntos, para que el machismo sea cosa del pasado en todos sitios.

Una película muda, a ver.

Es el cine desde la mirada adoptiva. Sección dirigida por J.Ignacio Díaz Carvajal, que  nos propone una película o documental con temática adoptiva  y además nos brinda una sinopsis y toda la información sobre el título que nos sugiere.

Una mujer de París (A Woman of Paris: A Drama of Fate ) (1923)

Director: Charles Chaplin
1923
EEUU
84 min

Drama

Sinopsis: Melodrama que denuncia la hipocresía y los prejuicios morales de la sociedad a través de la historia de Marie St. Clair (Edna Purviance), un sencilla joven de un pequeño pueblo francés enamorada de un pintor. Primer drama del maestro Chaplin que dirigió para la United Artists, productora y distribuidora creada entre otros por él mismo. (FILMAFFINITY)

Valoración cinéfila 8/10
Valoración adopción 5/10

En este drama costumbrista que habla sobre el destino de una mujer que se cree abandonada por su amado y su familia y decide buscarse la vida sola en París. Con lo que eso significaba en la época, años 20 del siglo pasado. Acaba de amante de uno de los solteros más ricos de la ciudad.
Se reencuentra con su exnovio, que no la dejó como ella creía sino que hubo un malentendido y siempre se siguieron amando, pero la historia entre ellos no puede tener un buen final.
Así que ella para redimir sus pecados y para encontrar la felicidad no hace más que volver a su pueblo y fundar una familia formada por ella, la suegra y muchos niños adoptados.
Claros mensajes de la época en donde la alternativa para la mujer seguía siendo o puta o santa y virgen hasta el matrimonio y luego madre. Y en este caso sin marido y para redimirse de ser cortesana, se convierte en madre adoptiva.
Podríamos decir que la adopción en este contexto es solo un pretexto para poder garantizar a la señora que puede llegar a redimirse y alcanzar la felicidad deseable para la mujer de la época.
Por lo demás un dramón de los clásicos que merece la pena verse.
Es una película muda.

Para saber más sobre José Ignacio Díaz Carvajal pincha en la imagen.