Tras una primera infancia caótica y desorganizada «Sergio» de 8 años presenta comportamientos agresivos, respuestas de desconfianza y mentiras, aunque tiene en la actualidad personas que le ofrecen una vinculación afectiva en un entorno algo más estable y seguro que antes, cuando como cualquier niño, y en base a una necesidad propia de todos los seres humanos, fue elaborando un estilo de apego. Pero la ruptura relacional con las diferentes figuras de apego que han formado parte de su universo afectivo desde que nació, posiblemente experimentadas como vivencias de abandono todas ellas (unido a la negligencia y abandono reales) han dejado una huella difícil de borrar.
¿Es lo mismo vínculo afectivo que apego?
A lo largo de la vida se van formando vínculos afectivos importantes con distintas personas:
–apego entre una persona que recibe cuidados y su cuidador (de los hijos hacia los padres)
–amor romántico
–amistad
–vínculo fraternal entre hermanos o vínculo parento-filial de los padres hacia los hijos
–vínculo de los abuelos hacia los nietos y de los tíos hacia los sobrinos.
Luego el APEGO es un tipo de vínculo afectivo.
Todos los vínculos afectivos poseen unas características en común como señalaba ya Mary Ainswoth, psicóloga de referencia en el tema del apego:
- Poseen una naturaleza esencialmente afectiva. En las relaciones implicadas aparecen las emociones y sentimientos (tristeza, alegría, celos, ira, seguridad, temor, ansiedad, etc) tanto en la etapa de formación como a lo largo de su mantenimiento o con motivo de una separación, ruptura o pérdida.
- Son perdurables en el tiempo. Cualquier vínculo afectivo es persistente y no meramente pasajero. Si bien una relación de apego pasado un tiempo puede que concluya si no ha estado bien establecido, no es en sí corta o transitoria. Un apego bien establecido persiste en el tiempo aun cuando ocurra un alejamiento geográfico, muerte,enfado, etc.
- Son singulares, porque se dirigen hacia un núcleo reducido de personas, por el papel central que desempeñan las mismas y por el trato especial y la preferencia con que se las distingue.
- Generan el deseo de búsqueda y mantenimiento de proximidad y contacto hacia las personas con las que se ha formado.
- Producen ansiedad cuando ocurre una separación no deseada. La ansiedad de separación es una respuesta intrínseca a cualquier amenaza real o potencial de abandono, no sólo en la infancia, sino en cualquier etapa de la vida.
- Los vínculos surgen de la interacción continuada y prolongada. No nacemos vinculados a nadie.
- Los vínculos surgen entre dos personas. Aunque se hable en el lenguaje cotidiano de que uno puede vincularse o apegarse a un animal, a un objeto o a un lugar.
- Su calidad depende de la calidad de la interacción.
Junto a los requisitos compartidos con los demás vínculos afectivos, un vínculo de apego debe cumplir adicionalmente un requisito más: la búsqueda de protección, cuidado, seguridad y bienestar dentro de la relación (Ainswoth, 1989).
Por otra parte, amor y amistad son dos tipos de vinculación que generalmente comparten un buen número de atributos con el apego (búsqueda de proximidad, ansiedad de separación, perdurabilidad, etc.) pero solo se puede hablar de vínculo de apego si hay una búsqueda de protección y proporciona la sensación de seguridad y bienestar.
La principal función del apego es obtener la protección frente al peligro. Por tanto, podemos hablar de vínculos afectivos de padres a hijos y en cambio de vínculos de apego de los hijos hacia los padres.
Cuando se activa en el niño un estado de insatisfacción, se promueve un comportamiento que actúa como señal para que el cuidador responda. Este ciclo se repite constantemente a lo largo de los primeros años, generando unas expectativas acerca del cuidador en función de la lectura que éste haga de las señales, el tipo de respuesta que aporte y su eficacia a la hora de promover la regulación emocional en el niño. Sensibilidad, disponiblidad, aceptación y valoración del niño son las palabras clave para el establecimiento de un apego seguro.
Cuando los adultos responsables del cuidado y protección del niño no cumplen sus funciones y se aplica una medida de protección, el paso de un contexto negligente o maltratante a otro en el que se le ofrece una atención acorde a sus necesidades (ya sea adopción o acogimiento familiar) viene acompañada de una separación y pérdida de figuras de referencia y la creación de nuevos vínculos, como en el caso de Sergio.
La experiencia de maltrato introduce una distorsión en las relaciones emocionales básicas, y afecta a distintos niveles de desarrollo infantil como el funcionamiento cognitivo, el rendimiento escolar, el desarrollo emocional y el social. Es por eso que Sergio desarrolla en la actualidad respuestas que tienen que ver con su historia de supervivencia en tiempos pasados, con mecanismos de defensa que se han gestado en base a las representaciones que de sí mismo, de los otros y de las relaciones se han ido construyendo en su mente.
Pero aunque su estilo de apego primario inseguro seguirá mediando en su desarrollo cognitivo, social y emocional, afortunadamente en la actualidad se encuentra vinculado afectivamente con otros familiares y personas cercanas a él que pueden contribuir al desarrollo de la resiliencia secundaria que confío le permitirá, a su vez, establecer vínculos afectivos sanos con los demás.
|Concepcion Martínez Vázquez Psicóloga Diplomada en Trauma infantil y psicoterapia sistémica por IFIV. Pro-fesora asociada Universitat de València.
| Posee un interesante blog llamado resilenciainfantil.blogspot.com de donde procede este post titulado ¿Vínculo o apego?
|Colaboradora de adopciónpuntodeencuentro.com
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