DIS o DPS. Cuando un niño interpreta mal sus sentidos

Disfunción de Integración Sensorial (DIS) o Desorden en el Procesamiento Sensorial (DPS) 

berrinche1 roto 3dCuando recibimos un estímulo la secuencia lógica es percibir, organizar la información recibida y responder, normalmente de manera adecuada y proporcionada al estímulo recibido.
La integración sensorial es la capacidad del sistema nervioso para interpretar la información percibida por los sentidos y generar respuestas inmediatas. Según cómo percibamos el entorno, según cómo asimilemos la información que nos proporcionan nuestros sentidos y según cómo procese nuestro cerebro toda esa información que nos llega a través del gusto, la vista, el oído, el tacto, el olfato, el movimiento, la gravedad y la posición en la que nos encontremos así seremos capaces de dar una respuesta adecuada al estímulo recibido.
Se trata de “un proceso neurológico que nos permite utilizar nuestro cuerpo eficazmente en cada contexto, organizando la información sensorial que recibimos de nosotros mismos y del entorno para emitir respuestas adecuadas”, precisa Víctor da Silva Gamo, director del Centro Sensory (Madrid).
Para Isabelle Beaudry, directora de la Clínica de Terapia Ocupacional Pediátrica Beaudry-Bellefeuille de Oviedo “La integración sensorial es la función del sistema nervioso para asimilar la información del entorno y obtener la percepción correcta de la situación que nos rodea”.

¿Pero qué pasa si falla alguno de los mecanismos de esa secuencia lógica (percibir, organizar y responder) ?

Muchos niños tienen dificultades a la hora de seguirla y se enfrentan a la denominada Disfunción de Integración Sensorial (DIS) o Desorden en el Procesamiento Sensorial (DPS) sucede cuando el cerebro de un niño interpreta mal la información recibida por los sentidos.

El Desorden en el Procesamiento Sensorial se podría definir como una condición en la cual las señales sensoriales no pueden procesarse ni organizarse para generar respuestas adecuadas.
Como se trata de una disfunción neurológica, los niños no siempre experimentan los mismos síntomas o muestran las mismas características de un día para otro y los niños que la padecen se alteran, se retraen o estallan, las explosiones emocionales que parecen aparecer sin previo aviso son difíciles de manejar por lo que los padres y maestros de niños con DIS deben aprender a reconocer los síntomas para intentar preveniry evitar los factores desencadenantes.
La Dra. Jean Ayres, pionera de la terapia ocupacional en los Estados Unidos fue la primera especialista en describir un conjunto de conductas atípicas relacionadas con un procesamiento sensorial deficiente más tarde definido como Trastorno del procesamiento sensorial (TPS).
Un trastorno complejo del cerebro que afecta la manera en que se experimentan las sensaciones (vista, sonidos, tacto, olfato, gusto y movimiento) y su organización dentro del comportamiento.
Para Ayres, este trastorno es comparable a un «atasco» neurológico que impide que ciertas áreas del cerebro reciban la información necesaria para interpretar los estímulos sensoriales correctamente. Una persona con esta condición tiene dificultades para procesar y actuar sobre la información recibida a través de los sentidos, lo que crea dificultades en la realización de un sinnúmero de tareas cotidianas: dificultades motoras, problemas de comportamiento, ansiedad, depresión, fracaso escolar, serían sólo algunos de los impactos que puede provocar este trastorno.

En la Comunidad de Madrid Johanna León García, terapeuta ocupacional y fundadora de la Asociación de Terapia para la Salud y la Educación (SALUDE), asegura que “el DPS afecta a niños que no tienen problemas neurológicos ni genéticos y que hay al menos uno con estas dificultades en cada aula del jardín de infancia”.

berrinche1 bn 3dExisten niños incluso con niveles de inteligencia superiores a la media, que no perciben el mundo que les rodea como los demás. Tienen reacciones exageradas y no pueden soportar cambios en su rutina diaria. No son capaces de atender en clase, no comprenden bien lo que se les explica, parecen vagos, tienen graves problemas con la lecto-escritura y/o no pueden estar quietos ni un instante. Son candidatos ideales al fracaso escolar y a caer en la pérdida de la autoestima. Los castigos o las clases particulares complementarias no surten mucho efecto. Padecen un problema de integración sensorial. La información que llega a su cerebro no es bien procesada y son víctimas de esa desorganización. Los especialistas en este trastorno aseguran que, a pesar de la gran incidencia, muchos casos no llegan a alcanzar su diagnóstico debido a que muchos profesionales de la salud no están capacitados para reconocer los problemas sensoriales

Desde la etapa preescolar, padres y educadores se encuentran con signos de esta disfunción que tiene consecuencias en muchos niveles ya que el funcionamiento del sistema sensorial y su integración es la base para el desarrollo de capacidades como la concentración, planificación, praxis, aprendizaje académico, autoestima, autocontrol y habilidad motora, como señala da Silva Gamo.

Por supuesto, no todos los problemas de aprendizaje y de comportamiento en los niños se deben a una mala integración sensorial. Pero los expertos consideran que un 70 por ciento de dichos problemas son causados, en modo más o menos directo, por disfunciones en la integración sensorialDPS BLANCO

 

Los especialistas describen así el perfil de los niños con DPS:

globo3dNormalmente, un niño con desorden en integración sensorial tiene muchas dificultades en el aprendizaje y presentará más de uno de estos signos:
Nivel de actividad inusualmente alto o bajo.Son retraídos, lentos, excesivamente tranquilos y mantienen la postura decaída o todo lo contrario: extremadamente activos y ansiosos; no paran de correr y de moverse. Algunos niños pueden fluctuar de un extremo a otro.

Muestran una hipersensibilidad al tacto, al movimiento, a las luces a los sonidos, a los olores.
Se enfadan al percibir ciertos sonidos, estímulos visuales u olfativos. No soportan ciertas texturas de ropas o de comidas. Les molestan las etiquetas de la ropa, las sábanas, la ducha, que les corten las uñas o el pelo.

Hipo-reactividad a la estimulación sensorial. En contraste con los niños hipersensibles, un niño hiporeactivo puede buscar experiencias sensoriales intensas, por ejemplo dar vueltas sobre sí mismo o chocar adrede con los objetos. Algunos niños fluctúan entre los dos extremos hiper o hipo reactivos.

Retraso en el habla, lenguaje, habilidades motoras o rendimientos académicos.Tienen dificultades en el razonamiento lógico, en la secuenciación o en la planificación motora. También en las tareas matemáticas y en la memorización de conceptos. Estos signos pueden ser evidentes ya en preescolar como signos de una integración sensorial deficitaria. En la edad escolar, puede haber problemas en algunas áreas académicas a pesar de una inteligencia normal.No siguen el mismo ritmo de aprendizaje que los demás niños de su edad. Se confunden al copiar de la pizarra, leer, escribir o recortar.

Son descoordinados para practicar deportes y se tropiezan mucho. No les gusta trepar, saltar, colgarse o columpiarse.

Pobre organización del comportamiento. Los niños pueden ser impulsivos o de fácil distracción y mostrar falta de planeamiento al abordar las tareas. Algunos niños tienen dificultad al ajustarse a una nueva situación. Otros pueden reaccionar con frustración, agresión o huir o rechazar cuando se dan cuenta de que fracasan.

Problemas de autoestima. Un niño listo con estos problemas se da perfecta cuenta de que algunas tareas son más difíciles para él que para los otros niños. Algunos niños pronto encuentran maneras de evitar esas tareas que son duras o embarazosas. El niño puede parecer perezoso, aburrido o desmotivado. Conceptuando al niño como problemático o testarudo.

Un abanico tan variado de signos hace que niños con DPS reciban otros diagnósticos como trastornos de la conducta o el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), según la terapeuta Isabelle Beaudry.

Johanna León, especialista de SALUDE, considera que aunque el TDAH y el DPS son distintos, porque el primero es de origen neurobiológico, “frecuentemente coexisten”.Cita un estudio de la terapeuta estadounidense Lucy Miller que concluyó, en una investigación con 2.400 niños, que el 60% padecía ambos trastornos a la vez. “En otro estudio, Miller demostró que los comportamientos emocionales, de atención y sensoriales son significativamente diferentes entre los niños con TDAH y con DPS”, enfatiza León.

Según la terapeuta IsabelleBeaudry la Disfunción de Integración Sensorial exige un proceso de neuro-rehabilitación y asegura que con terapia los niños mejoran mucho, aunque advierte que el DPS deja marcas sutiles que pasan a ser rasgos del temperamento o de la forma de ser.
Así es fácil observar que “Hay personas a las que llamamos ‘tranquilas’: evitan luces, sonidos o grandes concentraciones de gente y otras, en cambio, disfrutan con estímulos fuertes”, concluye Beaudry.

 

Más información:

Portal de Terapia Ocupacional Pediátrica de Isabelle Beaudry

 Asociación de Terapia para la Salud y la Educación (SALUDE)

 Sensory centro de desarrollo infantil

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