«Veníamos hablando de que la adopción no es un problema; sino la solución.
Y todo se resume en si encontramos respuestas como las que Mercedes Moya encuentra para nuestros niños.
El niño le pregunta, en el fondo, ¿Mamá, yo soy distinto? Y tiene «agazapado» el miedo de ¿Distinto y peor?…
Ella, en su libro, le contesta despacio, con diferentes intervenciones….:
– Hijo, tú eres distinto y mejor……………………..; «Tú tienes dos Mamás«.
Luego, ella, de nuevo, despacio, abordará el tema de las dos mamás….Pero en primera instancia, no se ha sumado con su cara de preocupación o con su silencio, al MIEDO de su hijo. Y así, sigue contemplándolo:… “tú tenías una madre de nacimiento, hijo” (cuanto me hubiera gustado ser yo; pero no lo lamento) “una madre “que te trajo al mundo”.
¿Entonces, mami, soy como los demás mami? “Sí, hijo, pero con dos mamás”
Aquí la autora, entra en la cabeza, en el corazón y en la víscera de su hijo…y sufre, imagina….lo pone en palabras y lo explica…y Mª José se lo dibuja. Mercedes lo ve y dice; ¡Eso es! Ahora las dos están en lo mismo. Una es la caja de resonancia del miedo, la confusión, “la culpa” del niño. La otra escucha, hace de nuevo resonar la resonancia en su interior, pero no contesta: dibuja. La autora siente, al ver la imagen, que “el niño” ha sido comprendido.
Qué verdad es que el corazón es grande; muy grande, y en él, caben dos madres mejor que: “una y un recuerdo fantasma”
Creo que nací en un Orfanato. ¿Qué será eso? ¿Un sitio para niños pobres? ¿Un sitio para niños malos? ¿Para niños tontos? ¿Una cárcel para niños?………
No, hijo: “un sitio para cuidarte y buscarte una familia para ti”.
Mamá, mamá, entonces……………. ¿De qué barriga nací yo?
La madre está preparada. Ha imaginado esta angustia de su hijo, la ha sufrido, se ha debatido pensando en su ignorancia, pues en su vida no hay nada parecido, nada que le oriente. Y dice:
“ De tu primera Mamá hijo, que te llevó en su barriga nueve meses”.
Mamá…¿Y porqué esa Mamá me abandonó?
Aquí la autora sufre, dividida entre la comprensión de esta angustia y el saber que ninguna mujer normal abandona a su hijo; no está segura; pero contesta:
“Hijo tu madre no te abandonó; es imposible abandonar a un niño como tú”
“Debió ocurrirle algo que no sabemos” “Como si papá tiene un accidente y no puede volver” “Como cuando el abuelo se cayó por las escaleras”
¿Y porqué no volvió después de caerse?
“Hijo, no lo sé seguro; solo sé seguro que a ti, es imposible no quererte”.
“Hijo, te quiero hasta el infinito; y para siempre”
¿Cómo sabe esta madre lo que tiene este niño? ¿Cómo es capaz de poner palabras allí donde el niño no las encuentra?
La respuesta es tan simple como compleja : “esta madre no está preocupada por ella misma; sino por su cría”.
Abandonemos un momento a las madres y al hijo; quizás para volver a ellos más tarde.
En este momento, y en Adopción, casi todas las familias parecen estar sufriendo el “síndrome de La hoja de ruta”. Este síndrome connatural a las familias que consideran a la adopción como problema…les lleva a desear, creer, merecer, o solicitar “instrucciones” de alguna Instancia Superior.
¿Qué debemos hacer? ¿Cómo se resuelve este “problema?
Hoja de ruta: no la hay. Y si algún día la hay (porque las instancias políticas, administrativas, gubernamentales son capaces de cualquier tontería) NO SERVIRÁ PARA NADA. Y tras tan rotunda afirmación me explico:
Una hoja de ruta o su equivalente médico: (“el protocolo”) es algo creado a partir de experiencias directas, de sufrimientos o preocupaciones personales, de la contemplación de unos casos concretos, y el esfuerzo de ayudar a resolverlos.
De ahí, un equipo de personas comprometidas en saber y aprender la verdad, saca unas conclusiones valiosísimas, que recoge y sistematiza. Pero todavía más valioso es el periplo, el camino, el aprendizaje que ha realizado este equipo. Y más aún el que a pesar de todo lo que sabe este equipo, contemplará cada caso nuevo, como distinto, como especial, como individual (individualizándolo); y estará bien atento a las circunstancias y particularidades diferentes que presente, para adecuar su protocolo al caso y no el caso a “su protocolo”.
Y bien: ahora, imaginen que una psicóloga de servicios sociales, un psiquiatra infanto-juvenil o un padre adoptante voluntario, quieren aprovechar todo ese saber y ahorrarse el esfuerzo, el conocimiento el camino, el sufrimiento…: ¡UN DESASTRE!,
Y aún más desastre, cuando “estas personas”, que se sirven y apropian del conocimiento de otras… pretenden saberlo todo, tener respuesta para todo o, mimar, con una cálida sonrisa, el famoso: “esto ya no depende de mí”.
Hemos presenciado en este sentido (sin que ello quiera decir que sea la norma) cosas escalofriantes, casi esperpénticas. Por ejemplo a un funcionario de la Administración dando “clases” a un grupo de padres, con un Power Point que iba resiguiendo con un puntero lasser, mientras iba leyendo………………………. ¡Y el mismo no lo entendía!
Para acabar, de llorar o de mearse de risa, (según temperamentos), las personas escuchantes, “oyentes cautivos”, (tan cautivos como cuando el 1004 te recita su propaganda antes de ofrecerte pulsar el uno o el dos)…..tenían en su regazo el mismo escrito impreso. Pero no lo leían porque les molestaba la parla del conferenciante”…..o bien, por atenderlo a él, y no desairarlo………………¡Atómico!
En el otro extremo de la banda hay unos 4 ó 6 grupos de profesionales, en España, muy bien preparados para el tema de adopción. Estos: –
1º) Han hecho los deberes y completado “una buena formación de partida” (se dice pronto);
-2º) Se han analizado para poder controlar que, sus deseos personales y sus emociones, no sean las que informen su tarea de ayuda;
y -3º) Le han dedicado al mundo de la Adopción, en su complejidad, el tiempo y el esfuerzo que merece y necesita, para, de entrada, “comprenderlo bien”´. Estos profesionales son tan escasos como difíciles de encontrar; pero ahí están.
La conclusión de esta fusión entre nuestros problemas actuales y el libro de MERCEDES Y Mª JOSÉ, es doble:
EN PRIMER LUGAR: no hay hoja de ruta ni consejos ni soluciones ni propuestas, ni consignas, NI NADA. Hay un esfuerzo personal que hacer en el cual se compromete parte de la propia vida y se renuncia a que “nos solucionen el problema”
Y, si me insisten mucho trataré en otro momento de orientar sobre cómo se hace; como se lo puede y se lo debe hacer uno mismo (no IKEA).
Les adelanto:
- Cierto que hay unas normas generales muy interesantes.
- ¿Cómo buscar y encontrar las particulares?
EN SEGUNDO LUGAR: si quieren encontrar su propia hoja de ruta: vean como lo han hecho Mercedes y Mª José, sin encomendarse a Dios ni al Diablo. Copien el esfuerzo.
Copien, en este orden: el espíritu, la ilusión, la valentía y el desenfado.
Para terminar: a partir de las escenas y recuerdos que, al niño que soy, le han hecho revivir Mercedes y Mª José, con su libro….por primera vez en mi vida, estoy considerando la posibilidad de que sea una pena no tener dos Mamás.
“Et pour cause”: tener dos mamás y sentirme por ello “distinto y distinguido”
José María Ballarín Forcada. Médico. Especialista en Psiquiatría y Psicología Médica. Psicoterapeuta Familiar. Especialista en Consejería Adopción Tratamiento de Dificultades y Patologías en Pre y Postadopción. Padre adoptivo.
Consultoría de adopción ALETA.
Gracias por estas palabras y por la gran acogida al cuento para ayudara a integrar a la madre biológica ¿Yo tengo dos mamás?
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