Juego de identificaciones en el adolescente adoptado. Vinyet Mirabent

JUEGO DE IDENTIFICACIONES. FANTASIAS CON LOS BIOLOGICOS / FANTASIAS CON LOS ADOPTIVOS.

En la adolescencia irrumpen con fuerza interrogantes relacionados con las fantasías acerca de la reproducción, función que el adolescente acaba de adquirir. Surgen preguntas como: ¿Seré yo fértil? ¿Tendré hijos? ¿Los tuvo ella? ¿Qué clase de personas eran? ¿Era ella prostituta…o un delincuente? ¿Lo seré yo? ¿Tendré yo también malas experiencias como ellos? La fantasía muchas veces está marcada por los temores, así es más fácil que imaginen situaciones negativas, progenitores malas personas o carentes de valores, con todo el miedo a ser parecido a ellos. El chico-a tiene miedo a la genética, duda de que es lo que se hereda. ¿Se hereda también la forma de ser, las cualidades personales, los valores de vida? ¿Tiene el-ella un destino irremediable?

A la vez, si sus progenitores le dejaron, le abandonaron, entonces ¿puede ser abandonado de nuevo, no solo por sus padres, sino también por amigos, o su posible pareja? En ese momento en que la relación con el otro sexo adquiere una gran dimensión e importancia emocional: ¿Podre gustar a alguien, soy alguien a quien se puede querer?

Pensando en la prevención y dando respuesta a estos interrogantes, será importante a lo largo de la infancia ayudar al hijo a elaborar su propia historia para que llegue a la adolescencia con mas respuestas. En función de como haya sido este proceso, ahora en la adolescencia será mas llevadero y menos conflictivo. Se puede comprender, pues, la importancia de la comunicación familiar, de cómo se han ido poniendo palabras al pasado y los orígenes del hijo-a, de como se ha tratado a los progenitores. ¿Eran unas malas personas porque le abandonaron? ¿O no pudieron hacer más por el e intentaron cuidarle dentro de sus posibilidades? Con lo que su abandono se convierte en mas asimilable. Estos contenidos van a forjar la base con la cual el niño se enfrenta a su adolescencia. Para él puede ser muy diferente contar con las palabras que sus padres le han transmitido y con la confianza con la que ha podido preguntar, ya que así se podrá sentir más seguro y podrá reencontrar en su interior la esperanza en la vida que surge ante él, en sus posibilidades, sin estar condenado al destino de sus progenitores.

El adolescente adoptado se ve ahora impulsado, por la fuerza de su sexualidad, ahora que ya puede engendrar, a preguntarse abiertamente por las dos parejas de padres de su vida (Bauman, 1999). Debe resolver e integrar la doble identificación que tiene: de un lado con los progenitores, desconocidos en la realidad, pero fantaseados en su mente, y por otro lado la identificación iniciada en la infancia con sus padres adoptivos, ahora menos evidente, debido al cuestionamiento abierto a los adultos, pero esencial igualmente. Es decir, se identifica con unos padres que fueron fértiles, le tuvieron, pero no pudieron cuidarle. Por otro lado se identifica con otros padres que no fueron fértiles -en la mayoría de ocasiones- o que renunciaron a su fertilidad -padres que sí podían tener hijos biológicos- pero que sí le cuidaron.

El camino de resolución no es un proceso fácil. Así, ante las decepciones que puede sentir al percibir los defectos o contradicciones de sus padres, aquello que no le gusta, puede idealizar a los progenitores, «ellos sí le entenderían, con ellos no tendría estos problemas, con ellos sí sería feliz.». A menudo esta utilización de unos en contra de otros en el mundo interno le lleva a enfrentarse con los padres con mayor ímpetu, con el ímpetu de la «desgracia» de su origen, pudiendo caer en un victimismo. («A mi todo el mundo me ha dejado, ahora no me fio de nadie, todo me ocurre a mi…»). Como dice Giberti, el paso importante que el adolescente debe dar es pasar del ¿Qué mi hicieron? al ¿Cómo lo he vivido yo y que recursos tengo para salir adelante? (Giberti, 1994).

Cuando el adolescente, a pesar del conflicto, de las defensas más o menos adecuadas que usa para manejarse en el, puede rescatar las identificaciones internas con sus padres adoptivos, puede entonces apoyarse en ellas para salir adecuadamente del conflicto y no arriesgarse a situaciones difíciles. Ante las dudas puede apelar a sus aspectos más constructivos y, después de pasar por momentos de crisis y alguna actuación, puede elaborar y diferenciarse. Pero siempre en función de la solidez de los vínculos y de la crianza con sus padres adoptivos.

En este proceso de individuación el adolescente se encuentra con una dificultad añadida. También puede identificarse con sus padres adoptivos en su infertilidad, tener dudas acerca de su capacidad para reproducirse. Así, puede llegar a interrogarse acerca de si el-ella podrá tener hijos, incluso si lo que debe hacer es también adoptar, porque «esto es lo bueno y adecuado», tal y como han hecho los padres. Para la chica-o puede ser difícil aceptar el propio funcionamiento de una función orgánica, la de reproducción, cuando sabe que sus padres no la pudieron tener. Puede sentir que el-ella tiene algo de lo que sus padres carecieron y por tanto puede vivirlo, en función de la relación que tenga con ellos, como un triunfo, como una competición o como algo que debe esconder porque pone en evidencia el «fallo» de los padres.

Se ve ahora la gran importancia que tiene en esta etapa la comunicación acerca de los orígenes que padres e hijo hayan tenido en la infancia. Están en juego aspectos esenciales de su identidad y de su desarrollo lo más completo posible de sus posibilidades como persona.

Será pues muy importante la forma en que precisamente los padres han tratado su infertilidad en la relación continuada con el hijo, como la han vivido y que le han transmitido, el grado de aceptación de esta realidad y el grado de satisfacción con su vida a pesar de su infertilidad, por lo tanto, el grado de ilusión por su adopción y su sentimiento de verdadera filiación. Así, si están reconciliados con su vida, podrán hablar claramente con el hijo de su infertilidad, sin que esta sea una herida abierta que duele cada vez que se la menciona. Podrán también dar la oportunidad al hijo de que sea el mismo, con su propio destino, con su fertilidad si la tiene, sin que ello represente una fisura para los padres, y podrán ilusionarse con el-ella de la vida que se le abre delante, sin entrar en competición con sus capacidades. El hijo-a tendrá a la vez el sentimiento de que sus padres le apoyan, le aceptan con toda su realidad.

Vinyet Mirabent Junyent.»El adolescente adoptado: dificultades añadidas en el proceso de construcción de su identidad»

PARA LEER EL ARTÍCULO COMPLETO:

DESCARGAR EL PDF :

El adolescente adoptado dificultades añadidas en el proceso de construcción de su identidad

 

 

o LÉELO EN EL SIGUIENTE ENLACE:

EL ADOLESCENTE ADOPTADO: DIFICULTADES AÑADIDAS EN EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE SU IDENTIDAD

 

Related Posts

Leave A Comment

You must be logged in to post a comment.