Pensemos por un momento en un cohete que está a punto de despegar. Cuando lo hace llegar muy arriba sólo, pero para sostenerse y adquirir la fuerza que le permite volar ha necesitado una serie de pilares y motores de los que luego debe desprenderse. Eso y no otra cosa son los vínculos afectivos.
Nuestro psiquismo se construye desde las relaciones que vamos estableciendo en nuestra vida a través de las que integramos los estímulos, los modelos de referencia en los esquemas que nos van a permitir empezar a desenvolvernos, a adquirir experiencia. Esta, a su vez, modificará nuestros esquemas, nuestros modelos y nuestra percepción de la vida, pero el modo en que llegamos a ella, como llegamos a la órbita correspondiente, depende de haber tenido o no los motores adecuados.
El papel del afecto
El propósito de las páginas que conforman “Educando el afecto. Reflexiones para familias, profesorado, pediatras…” No es establecer un tratado, sino ayudar a comprender el papel que el afecto juega en nuestra vida, el compromiso que adquirimos con aquellos a quienes amamos y que nos aman, sobre todo si son nuestros hijos, y entender que las ganancias y las heridas afectivas son nuestro primer bagaje, el que configura nuestro universo y, sobre todo, el que nos brinda una forma de enfrentarnos al mundo y a los demás como parte de ese mundo.
Formar parte del relato de otra persona, de ese segundo registro del que hemos hablado, implica ser real para él o ella, permanecer y configurar su universo. El desarrollo evolutivo de cada persona es un proceso en el que construimos nuestra independencia, vinculándonos y olvidando, y nuestra identidad desde nuestras relaciones. El cohete vuela solo, el edificio no son los pilares, tiene entidad pero sin pilares no se sostiene, sin motores no tiene fuerza para volar. Formar parte de sus pilares, ser motor, es un privilegio pero también un compromiso.
La educación del afecto
Debemos entender que el afecto, aunque tiene una base biológica que lo favorece, también se educa, se fomenta, se construye y se daña.
Hemos de comprender que las heridas que causamos a nivel afectivo tienen consecuencias sobre el resto de las áreas de la persona, porque el desarrollo efectivo es la base de todo lo demás
El vínculo afectivo
El proceso de construcción de un vínculo afectivo incluye a las personas, donde cada una aporta, aunque sea un bebé, sus características diferenciales que hace la relación única e irrepetible. Ese vínculo nos da la seguridad básica, la base desde la que lanzarnos al mundo, y configurar un modo de mirarnos en el espejo y de acercarnos a los demás.
Hemos de vivir los conflictos como parte ineludible de las relaciones afectivas, desterrando la culpabilidad que nos paraliza y entendiendo que todo conflicto tiene una base efectiva y un proceso psicológico que debe seguir. Esa base efectiva no siempre puede ser abordada, y es entonces cuando se impone la negociación.
Ser conscientes de nuestros “puntos débiles” nos hace comprender por qué y en qué momento del conflicto estamos, y nos proporciona herramientas para resolverlo.
Las posibilidades de cambio de una persona son grandes, pero vienen dadas por la asunción afectiva del compromiso con el cambio, y cualquier intervención que como profesionales nos planteemos viene condicionada por la implicación afectiva de la persona y el trabajo con sus modelos efectivos de referencia.
[…]
Si olvidamos la dimensión afectiva de nuestras vidas, perdemos su sentido. Si, por el contrario, somos conscientes de esa dimensión, adquiriremos un compromiso vital no sólo respecto a nuestra propia historia, compromiso en gran medida liberador, sino también respecto a la huella que queremos dejar en aquellos que comparten nuestras vidas.
Educar el afecto, construir un relato, un edificio. Y comprometerse con el.
Pepa Horno. Educando el afecto. Reflexiones para familias, profesorado, pediatras…Editorial Grao
Titulo:Educando el afecto: Reflexiones para familias, profesorado, pediatras…
Autores: Pepa Horno Goicoechea
Editorial Grao
ISBN: 84-7827-354-9
Indice resumido:
- El desarrollo evolutivo ¿Cómo construimos nuestro propio edificio?
- La construcción de vínculos afectivos ¿Cómo y para qué vincularnos a los demás?
- El papel de los conflictos en las relaciones afectivas ¿Es posible una relación afectiva sin conflictos?
- Para terminar…
El afecto se educa, se fomenta, se construye y se daña. Las relaciones afectivas son un proceso de dos, único e irrepetible, que da la seguridad básica para relacionarse con el mundo y los modelos de referencia para entenderlo, para absorber el conocimiento y aprender a relacionarse.
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