Este ha sido un curso raro, difícil, de pulsos de salud física y mental. Un año duro, agotador, lleno de preocupaciones más allá del COVID. En lo personal compartiendo agobio y conteniendo inquietudes, que ha necesitado de muchas dosis de paciencia y presencia (quien viva con niños o adolescentes lo sabe), y de mucha creatividad. De pronto, como si de una película de ciencia ficción se tratara, nos encontramos paralizados con los toques de queda y la prohibición de quedar y abrazar más allá de tus convivientes. Y las calles cerradas y las bocas tapadas, y el mundo se volvió peligroso y hostil en lo invisible y nos descolocó muchas de nuestras verdades relativas y casi todas las certezas absolutas, y nos inhibieron los derechos adquiridos y aprendimos o reemprendimos un camino nuevo, diferente, disparejo pero al mismo centro del miedo.
Con el #YoMeQuedoEnCasa y para no quedarnos aislados, nos hemos puesto las pilas, hemos tenido que digitalizarnos casi a marchas forzadas, actualizarnos, conocer nuevas herramientas, plataformas, aplicaciones, suscribirnos a canales, a webs, consultar blogs y actualizar nuestras redes sociales si las teníamos, o abrirnos algún perfil en el que ponernos de frente para interactuar de otro modo con amigos y conocidos o no tan conocidos que han terminado por serlo. De sentirnos aislados, rodeados de un mundo cercano pero prohibido y amenazante, pasamos a estar hiperconectados como nunca, a llenar nuestras vidas de momentos y experiencias únicas, proliferando encuentros virtuales que nos dejaban ser espectadores a elegir, dinámicos, participativos o pasivos, siempre receptivos, involucrados en acciones e interacciones en ese espacio social que es Internet que en esta situación de crisis nos ha permitido tener distracción y acercamiento, nada que pueda sustituir al calor humano, desde luego, pero sin duda sentirnos acompañados y predispuestos a aprender y a compartir y eludir el aislamiento. Lo social como forma de supervivencia, de buscar la proximidad que el COVID nos impedía.
Por otra parte, ha sido un tiempo lleno de oportunidades. Como nunca antes hemos podido asistir a charlas, talleres o webinars de los más importantes especialistas en adopción, en educación, en pedagogía, salud y casi de cualquier sector del que quisiéramos aprender. En estas cuestiones hemos sido muy afortunados. Aprender e incluso compartir, dilemas y dudas con algunos profesionales mediante preguntas directas, ha sido una de las cosas positivas de esta rara situación de aislamiento que ha dejado de serlo gracias a muchos grandes profesionales a los que antes del COVID había que seguir por publicaciones dispersas o los que tenían la suerte geográfica, asistiendo in live a algunas de las charlas organizadas por asociaciones, instituciones o entidades varias. El problema, si acaso, ha sido elegir a cual asistir porque algunas de las charlas se solapaban, aunque siempre o casi siempre estaba el generoso recurso del diferido al que hemos tenido que echar mano para no perdernos nada.
A parte de una inyección fabulosa de conocimientos, muchas de estas charlas y encuentros nos han ayudado a combatir el desánimo a compartir nuestras preocupaciones y tenido tiempo para acceder a artículos y trabajos sobre los temas que más nos interesaran, o a buscar otros entretenimientos que ocuparan nuestra mente y la desocuparan del casi monotema que nos angustiaba a todos.
Por primera vez todo se paró de pronto, y hemos tenido tiempo, y hemos tenido que administrarlo, no como siempre a la carrera y arañando raticos para lo que nos gusta y llamamos ocio o descanso, sino tiempo a lo ancho que hemos podido aprovechar o gastar sin esa sensación de estar «perdiéndolo» (aunque a mí al principio cuando lo usaba en cosas que antes no podía, me daba la sensación de estar haciendo novillos).
A fuerza de simplificar y reducirnos en lo que se ha pretendido esencial y lo no esencial, hemos tenido que plantearnos lo que de verdad era primordial e importante y lo que no. Y mira que nos lo han puesto difícil, una biblioteca, una librería ¿es esencial o no?…
Yo… confieso que me he refugiado mucho en la lectura y he dejado mi huella digital por librerías, bibliotecas y mercadillos de libros y subastas de 2a mano porque son los libros y los viajes virtuales los que han sido mis cómplices de escapadas y respiro de esta camisa de fuerza que, a veces era, el no ver el acabose de esta pandemia. Gracias a ellos mí día a día ha sido más interesante y mi vida la he sentido menos empequeñecida.
He leído mucho y compartido mucho de lo leído sobre adopción aquí, en Adopción Punto de Encuentro. Para esta web ha sido también un año de maravillosas colaboraciones. En este difícil año hemos atesorado nuevos artículos (ya contamos con 828), 51 nuevos para ser exactos además de 34 recomendaciones de películas por José Ignacio Díaz Carvajal, trabajos todos con los conocimientos, pero también con su huella muy personal, de grandes colaboradores que llevan contando con Adopción Punto de encuentro, y nosotros con ellos, desde que naciera aquel septiembre del 2014. Este año hemos contado con Marga Muñiz Aguilar dirigiendo Vivir con TEAF, con Montse Lapastora, con Juan Alonso Casalilla dirigiendo la sección Deseo y Adopción con Conchi Martínez Vázquez, Iñigo Martínez de Mandojana, Pepa Horno, Vinyet Mirabent, José Luis Gonzalo Marrodán y hemos recibido en esta gran familia a nuevos colaboradores como Rafa Llor, Dolores Urizar Nieto, Noelia Mata, Helena Arias Vidaurre y Amparo Sánchez Alegre, Carmen Mateo. Y con María Martín Titos, a pesar de la pandemia, hemos sacado adelante junto a Pilar González Moreno y Daniel Álvarez Santamaría la GUÍA PARA LA DETECCIÓN Y AYUDA EN LA ESCUELA DE LAS DIFICULTADES DE APRENDIZAJE POR T.A.T, un manual gratuito y accesible, que estamos seguros va a cambiar, está ya cambiando, la mirada de muchos docentes a los que está ayudando a darse cuenta del tremendo impacto que el trauma puede tener en el aprendizaje, y entender los caminos potenciales de la recuperación. A conocer las circunstancias de muchos menores que han sufrido abandono, negligencia o maltrato, incluso uterino, y convenir la importancia de plantearse ¿Qué le sucede a este niño? ¿Es un niño problemático o tiene un problema? porque no cejamos en nuestro empeño para que se produzca ese cambio de mirada con el que el sistema educativo puede empezar a ayudar a esos alumnos y alumnas y ofrecerles los recursos necesarios para que la escuela deje de ser un lugar infernal para todos, los niños, sus familias y los propios docentes. Una iniciativa de Adopción Punto de Encuentro, un trabajo impecable del que me siento muy orgullosa y que además cuenta con la supervisión de Juan de Dios Fernández Gálvez, Maestro y Orientador escolar y Profesor Colaborador Extraordinario de la Universidad de Granada y Jesús Domingo Segovia Catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada.
Adopción Punto de Encuentro ha participado y colaborado con la Escuela de familias adoptivas y acogedoras en unas tertulias online abiertas a todas las familias aunque en un principio enmarcadas en el curso Escuela de Familias con TEAF dirigido a familias con hijos o hijas con Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) para las que hemos creado la Guía Adversidad Temprana. Cómo ayudarles en las rutinas, cambios y transiciones. tanto en material imprimible PDF como en video. Y también en el mismo marco ha editado la guía Cuando aprender es volver a empezar cuya autora es Marga Muñiz Aguilar .
Bueno…visto lo extenso de este escrito, desde luego ha sido un año largo e intenso, el sexto de nuestra andadura como web. Doy las gracias a quien lo ha hecho más llevadero, a quienes nos han acompañado y seguido en esta web y en sus redes, a quienes han querido estar en ella y con nosotros. Doy las gracias por la ayuda, por la confianza y por la generosidad de quienes han compartido con nosotros sus conocimientos y de quienes nos han ayudado a divulgarlos. Gracias a todas las familias por su confianza, por abrirnos sus corazones y plantearnos sus dudas y dificultades, porque son el motor y la inspiración para muchos de los artículos atesorados en este gran baúl de conocimientos y experiencia al servicio de todos que es Adopción Punto de Encuentro. Y en especial doy las gracias a mi familia, a mis hijos, la razón de ser de todo esto. Y bueno… seguimos trabajando juntos, si os apetece… a la vuelta del verano.
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