José María Ballarín Forcada. Médico. Especialista en Psiquiatría y Psicología Médica. Psicoterapeuta Familiar. Especialista en Consejería Adopción Tratamiento de Dificultades y Patologías en Pre y Postadopción. Padre adoptivo.
Abandono: ¡maldita palabra en adopción!
La palabra abandono designa un acto premeditado y consciente que nada tiene que ver con las circunstancias en las que nuestros hijos adoptados quedaron… heridos, provisionalmente desvalidos, sin futuro predecible o separados de sus padres por mil causas ajenas “al abandono”.
Es pues, un grave “error de bulto” utilizar la palabra abandono en adopción. Pero el error involuntario se convierte en algo trágico cuando no solo es una palabra utilizada sino “LA PALABRA, EN ADOPCION”.
Efectivamente: se han vertido ríos, bienintencionados, de tinta tratando de solucionar este “síndrome de abandono” de nuestros hijos. Y los escritores de estos ríos no han debido de darse cuenta (no hay otra explicación razonable) de que con sus “escribimientos” más que ayudar a nuestros niños (como era su segura intención) los designaban a la baja, los criminalizaban, los …estigmatizaban. Y , menos aún, se daban cuenta, de que su bienintencionada campaña, era recogida por los mass-media (TV, Periódicos, Revistas de actualidad, Radio, Reuniones y Congresos) para diferenciarlos de este modo, ya definitivamente, dando pié a “una estigmatización consagrada”
Divaguemos un momento ( bien está de vez en cuando) acerca de la asociación de las palabras en parejas, en “matrimonios de palabras”, y con algúnos ejemplos:
Cura-negro, obispo-lila, cardenal-rojo, Papa-blanco.
Sin perjuicio de que a cura también se le asigna sermón; a obispo: mitra; a cardenal: cónclave; y a Papa: dogma y papamóvil…..parece claro que nuestra más inmediata y espontánea asociación, a las palabras ejemplificadoras que hemos escogido, es la de los colores. Ahorramos al lector un montón de similitudes (elefante-trompa, león-melena, leopardo-agil, pantera-negra de ojos verdes,etc, etc.)……………………….…………. Y formulamos la siguiente hipótesis, muy, muy preocupante; lo descrito, sucede también en adopción: la palabra que se ha asociado prioritariamente, electivamente a adoptado es: abandonado.
Adopción y abandono van de la mano.
Escribimos para manifestar que nos parece “un gravísimo error” (horror había escrito nuestra equivocación, inadvertida hasta el repaso) por las consecuencias que tiene de que nuestros niños, se vean a sí mismos, se internalicen, como abandonados: material de deshecho…de olvido…de falta de interés, de desidia…como Pilar a quien Manolo dijo que iba a comprar tabaco y lo siguiente que se supo de él fue que estaba en Paraguay.
Cuando nos consta que, no fue esa la postura de sus padres biológicos, al tener que separarse de ellos: unos por muerte, otros por guerra, otros por prisión, otros por emigración inevitable no coordinada, otros porque el hombre, enemigo del hombre, los separó.
Me contestaran los partidarios “del abandono” que algunos de nuestros hijos, SI han sido abandonados.
SI, les contesto a mi vez: un 1%.
SI, les contesto de nuevo: tantos como hijos biológicos mantenidos en situaciones dañinas dentro del esquema familiar “de origen”.
SI, les contesto todavía: cantidad de niños abandonados dentro de familias aparentemente exitosas, económica y socialmente (dinero, dinero) pero carentes de empatía, de tiempo, de apego, de cuidados afectivos, de vínculo para crecer; es decir: cantidad de familias DISFUNCIONALES ENCUBIERTAS.
NO: nuestros niños son joyas.
Sí, nuestros niños son nuestra admiración.
No: nuestros niños “no los cambiaríamos por nada ni por nadie”.
SI, daríamos la vida por ellos.
Pero todo lo anterior no es ninguna manía, ni algo arbitrario, ni la fidelidad que se tributa a un club de fútbol: es lo que se merecen por su historia y por sus cualidades
Nuestros niños adoptados, ,en justo y merecido trato, deberían ser tan condecorados como los heridos…… y supervivientes de una guerra, a la que nadie sabe porqué fueron enviados “ellos y no otros”. Condecorados en su llegada a la escuela (su primera aparición pública) delante de todos sus compañeros ; para que empiecen en un lugar prestigioso.
Y no es ese el trato que les deparamos…¡No! Pues que entre todos les estamos signando con el signo del “Abandono”. Y solo se abandona lo que no vale, lo que no importa, lo que no contiene sorpresa alguna, lo que carece de posibilidades, lo que nos extraña, lo que nos aburre : lo que nos molesta.
Hasta aquí mi opinión, y ahora: me quito el sombrero ante dos personas que de verdad saben de este tema.
– Desde la investigación, Beatriz San Román…
– Desde el “a pié de Obra”, Andoni Mendía…
En una próxima entrega veremos argumentos científicos y prácticos que ellos nos suministran generosamente, en su apoyo de la necesidad de abandonar el termino abandono.
Emma
Mis hijos, los dos, fueron abandonados por su familua biológica. Así es como la pengua coloquial lo expresa y así lo vam a escuchar en tidas partes. Mejor enfre tarse a elio, entender elvsentido de esa palabra en la lengua coloquial referida a adopciOn y con lo preparar a mis hijos para entender su origen y pas conversaciones de la gente y las preguntas de sus amigos, que las habrá, si duda. Como filóloga opino que lo contrario les hará muchízimo daño. Se abandona aquello que no se ve una preparada para llevar a cabo( por ejemplo. Y en el caso demis hijos fue, por lo que sé, e el beneficio de ellos