¿Cómo sé si mi hijo tiene un problema de carácter?

Por lo general, es complejo lidiar con los adolescentes, pero algunas veces la vida con ellos traspasa la complejidad para convertirse en un día a día demasiado difícil. Algunos pierden el control de sus vidas en esta etapa, se muestran agresivos y de mal humor la mayor parte del tiempo, y da la sensación de que hagamos lo que hagamos no acertamos en nuestras reacciones ya que “todo les molesta”.
Cuando estos comportamientos ocurren más a menudo que en el resto de sus congéneres, es conveniente hablar con otras madres y padres, tratar de buscar orientación y asegurarnos de estar siendo realistas con el problema que creemos que existe. Asimismo, si se están produciendo consecuencias perjudiciales en la vida de nuestros hijos (están tristes, empiezan a suspender o tienen problemas para relacionarse), es entonces cuando ha llegado el momento de hablar con ellos, de no retrasar la comunicación y puede que, probablemente, sea necesario abordar el problema con un profesional. La barrera más importante que aún hoy nos impide ayudar a nuestros adolescentes es mantener ideas equivocadas como “todo es fruto de la adolescencia”, “ya se le pasará”.
El reto más importante que aún hoy nos impide tender una mano a nuestros adolescentes es pensar que consultar con un especialista es “vergonzante” o una señal de “incapacidad personal para solventar los problemas de nuestros hijos”.
¿Cuándo hacerlo?; ¿Qué es normal y qué no?

 

¿Cuándo debo consultar con un profesional?

Si nuestr@ hij@ adolescente:

• Tiene problemas para respetar las normas en el hogar.
• Acumula castigos.
• Saca malas notas cuando antes era buen estudiante.
• Insulta o agrede verbalmente de manera repetida.
• Miente con frecuencia.
• Parece tener una pobre autoestima.
• No se ducha o asea con frecuencia.
• Está casi siempre de mal humor.
• Es violento fuera de casa.
• Ha tenido problemas con la policía.
• Tiene conductas sexuales promiscuas o peculiares.
• Roba dinero y/u objetos.
• No respeta a la autoridad.
• Consume alcohol o drogas.
• Tiene conductas que indican pensamientos suicidas.

Si nosotros:

• No sabemos cómo tratarle.
• Nos agotamos cuando interactuamos con él/ella.
• Sentimos que ya no tenemos autoridad.
• Le tenemos miedo.
• No confiamos en él/ella.
• Tenemos miedo de que se suicide.
• Estamos preocupados por su estado de ánimo.
• Estamos preocupados por su futuro.
• Nos preguntamos constantemente qué hemos hecho mal.
• No entendemos lo que quiere decirnos.
• Nos sentimos impotentes.

Estas conductas pueden aparecer de manera aislada en los adolescentes y en general podremos lidiar con ellas. Sin embargo, cuando son repetitivas o están perjudicando la relación con nuestro hijo, es recomendable acudir a un profesional.

Obtener la Guía:

Guía_padres_adolescentes_malhumorados

Hospital Ruber Juan Bravo. Unidad de Personalidad y Comportamiento

Autores: Dr. José Luis Carrasco, Dra. Nerea Palomares, Dra. Marina Díaz Marsá.

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