ABOOKCIÓN: ¿Todo niño viene con un pan bajo el brazo?

AbookCIONEn esta sección Alejandra Sánchez Yanes desde México D.F. nos propone la lectura de un libro referido a la temática de la adopción y el acogimiento y nos habla de sus impresiones. En esta ocasión el libro referido es:

 

¿Todo niño viene con un panTodo niño viene con un pan bajo el brazo? Guía para padres adoptivos con hijos con trastornos del apego.

José Luis Gonzalo, Óscar Pérez-Muga.

Editorial: DESCLEE DE BROUWER

Otro libro esencial y de mucha utilidad para los que somos padres adoptivos. Con su estilo claro y sencillo, José Luis Gonzalo, en conjunto con Óscar Pérez-Muga, nos entrega su guía para padres adoptivos con hijos con trastornos del apego, cuyo objetivo es ayudarnos a comprender que el daño emocional que nuestros hijos han sufrido en su etapa anterior les genera un sufrimiento que exteriorizan o interiorizan a través de diferentes síntomas y conductas.

pan bajo2 leyendaLa guía pretende hacernos conscientes de que nuestros hijos necesitan adultos que se conviertan en tutores de resiliencia, que les acompañen, contengan, apoyen y ayuden a resistir y rehacerse.  Son menores que requieren de una familia que pueda ayudar a reparar el trauma y el vínculo de apego alterado, que entienda los problemas de los hijos desde una visión resiliente, ayudándoles a construir una nueva historia y abandonando sus propios esquemas autoreferenciales de biografía no traumática. Padres que estén dispuetos a desarrollar referencias diferentes para educar a los hijos, que estén conscientes de la dolorosa realidad que han padecido y adecuarse a esta referencia desde pautas normativas y afectivas que sintonicen con las posibilidades reales de los niños. Padres que estén dispuestos y se preparen para ejercer una parentalidad terapeútica.

Adoptar supone hacerse cargo de un menor con una historia y un pasado, con vivencias en su memoria psicológica y biológica que en muchos casos son traumáticas. Nuestros hijos llegan a nuestras vidas con esta memoria, y su pasado influye tanto, que en ocasiones se requiere mucho tiempo, trabajo, esfuerzo y paciencia para poder reparar el daño emocional. El trauma queda grabado en la memoria emocional por lo que el niño actúa huyendo, evitando o atacando, y con frecuencia, los padres desconocemos los efectos adversos del trauma sobre la persona del niño. Los niños pueden manifestar su sufrimiento de maneras muy diversas: inestabilidad emocional, trastornos de conducta, robos, conductas agresivas, fugas, trastornos del aprendizaje, retraimiento. Y la convivencia puede llegar a ser muy complicada reinando un clima de gran tensión que afecte a toda la familia.

El apego en muchas ocasiones se ha visto alterado por sus primeras experiencias relacionales por lo que el niño tenderá a apegarse disfuncionalmente con sus nuevos padres.

escalera del apego con logoLos niños adoptados necesitan hacer un nuevo proceso y empezar desde cero, para funcionar primero tienen que sentir que confían en el adulto que les cuida, la seguridad que nos les van a dañar ni a abandonar, que es lo que en la su memoria emocional ha quedado grabado a fuego por sus duras experiencias. No todos los niños adoptados presentan una alteración del vínculo de apego, pero existen un buen número de familias con menores que han sufrido experiencias traumáticas y presentan un trastorno del apego que sus padres desconocen. Es a ellos a quienes los autores dirigen esta guía, puesto que la convivencia y la educación de estos niños es un desafío enorme y un desgaste tremendo. Del apego seguro depende el surgimiento de las competencias autorregulatorias, sociales, cognitivas y morales (pensamiento, razón).

A lo largo de la guía los autores ofrecen pautas y orientaciones para tratar adecuadamente a los niños de acuerdo a su tipo de apego, aportando situaciones y ejemplos prácticos que detallan los diferentes tipos de apego.  Enfatizando el hecho de que es muy difícil dar pautas detalladas puesto que cada persona es un mundo, los autores tratan de concretar lo más posible con el fin de facilitar a los padres poder ayudar a sus hijos y lograr un cambio en sus actitudes, según el perfil de apego de cada niño.

Se propone una nueva visión que conceptualice de manera distinta a los menores, evitando buscar culpables. Redefinir en positivo, es decir, entender que el niño ha tenido duras experiencias y eso explica las conductas negativas, que no hay que tolerar, pero si aceptar a su persona.  Una vez que esto se comprende, hay que ayudar al niño a que vaya aprendiendo a controlar estas conductas, a autorregularse. Con estimulación, con pautas adecuadas por parte de los padres y los profesores, eligiendo los entornos sociales más propicios dentro de la realidad existente, se consigue que el niño vaya interiorizando nuevos aprendizajes. Si se cambia la visión y los autoreferenciales y el hijo se siente como una persona que ha sufrido y que está luchando contra un handicap en el que él no ha tenido ninguna responsabilidad es posible contemplarle de otro modo, se observan sus cualidades, se ajusta el entorno educativo y social a su nivel madurativo, la exigencia se adecua a su nivel de competencias, la relación mejora y el clima familia se destensa. Una vez que se ha realizado el proceso de duelo con las expectativas y los deseos que no se vieron cumplidos, se puede comenzar a disfrutar y valorar lo que tiene y puede ofrecer.

parentalidad terapeutica1 José Luis y Óscar nos ofrecen orientaciones prácticas y pistas basadas en su experiencia de trabajo para potenciar la resiliencia secundaria en niños con trastorno del apego, convirtiendo a los padres en tutores de resiliencia desde el modelo del buen trato. Ser tutor de resiliencia supone que los padres se sitúe en desde la comprensión empática del hijo para ayudarle a afrontar las duras experiencias de vida proporcionándole su seguridad, su firmeza su paciencia y su constancia. Es mentalizarse para trabajar, hacer equipo, a fin de ayudar al hijo a desarrollar un vínculo seguro, a que confíe en el género humano, templando angustias y miedos, celebrando avances, exigiendo lo justo y razonable, tratando de no ser rígidos con las normas, sabiendo que necesitan mucha ayuda para todo durante un tiempo, porque son inseguros. Estando presentes para darles lo que no recibieron en su momento sabiendo que aunque su edad cronológica lo sitúeen un punto, en realidad es como si empezaran de cero. El tutor de resiliencia ayuda al hijo a comprender que ha sufrido mucho, que es necesario sanar las heridas emocionales, le proporciona una explicación clara y ordenada de lo que sabe sobre sus orígenes y circunstancias de vida, de manera sincera, hablándolo y apoyándole en lo que siente, desculpabilizándole de toda responsabilidad por lo que ocurrió. Hacerle entender que los problemas que pueda presentar ahora se asocian a sus primeros años de vida en los que nadie estuvo allí para ayudarle. Entender que todo eso afecta y desorganiza la mente, por lo que ahora sus padres, sus tutores de resiliencia van a ayudarle incondicionalmente a que vaya tratando de mejorar en todos estos aspectos.

graciasAlejandra Sánchez Yanes. Es mexicana y colabora con nosotros desde la ciudad de México. Es traductora, y trabaja en una de las agencias de Naciones Unidas.Trabaja en el área de investigación para la asociación Mejores Familias AC, de México, enfocado en postadopción, institucionalización y acogimiento familiar.

Es además mamá biológica de un chico de 22 años y adoptiva de una nena 10 años, adoptada a los 22 meses, tiempo en el que estuvo institucionalizada.
Es una incansable lectora e investigadora de todo lo relacionado con el mundo de la adopción, el acogimiento familiar y la infancia vulnerable.

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