“Casi todo el alumnado que suspende está insatisfecho en su colegio…y viceversa. Por eso, todos debemos romper el ciclo de la insatisfacción: su profesorado, su colegio, la familia y el propio alumnado.”
La escuela, la integración del adoptado y sus resultados académicos han sido temas que siempre han acompañado a las preocupaciones de las familias adoptantes. Y no cabe duda de que existe una relación muy estrecha entre la vida escolar de cualquier menor y su calidad de vida (Loizaga, 2009).
Cursos repetidos.
“El 28,9% de los adolescentes adoptados han repetido al menos un curso escolar.Con todas las vivencias que han tenido que afrontar en su vida, viniendo de otros lugares y en condiciones muy deficitarias, deberíamos verlo como una cifra importante, pero en ningún caso alarmante ni preocupante. La adolescencia adoptada tiene su propio ritmo de maduración, de desarrollo de la identidad y, en el fondo, de avance personal”.
Ha repetido al menos un curso escolar el 28,9% de adoptados, cifra bastante más alta que entre los no adoptados, donde es del 15,5%. El estudio PISA(2016) refleja que aproximadamente un 30% del alumnado a los 15 años ha repetido curso una vez en su vida. La cifra de adoptados que han repetido curso es relativamente importante pero no alarmante, si tenemos en cuenta que las personas adoptadas deben ajustarse y adaptarse desde la llegada a una nueva familia y una nueva sociedad y asumir el sobreesfuerzo de la adopción. Deberíamos considerar como una situación más preocupante la del 10% que ha tenido al menos dos repeticiones y que está acusando la dificultad de ajustarse al sistema escolar tal y como está organizado actualmente.
¿Hay diferencia dentro del grupo de adoptados en el número de repeticiones en el curso escolar?
Las diferencias son muy importantes según el país de origen del adoptado. Pero también afectaban el número de hijos biológicos a si se había producido divorcio en la pareja adoptante.
La respuesta a la pregunta anterior es “sí”. Mientras los adoptados de países de Asia prácticamente no habían repetido ningún curso, los procedentes de países de Latinoamérica habían repetido al menos uno. Los que habían sido adoptados en España o en los países del Este de Europa también habían repetido más cursos. Sin embargo, no se han encontrado diferencias entre ser chico o chica en esta variable.
Otras cuestiones también se han relacionado con el número de suspensos. Sorprendentemente no había relación con el número de hermanos dentro de la familia adoptiva, pero sí la había con el número de hijos biológicos de la familia adoptiva, siendo esta una correlación importante para el tipo de variable. Tampoco había relación ni con los años vividos con la familia biológica, ni con los años en el centro de acogida previo a la adopción. Se observó cómo el número de repeticiones aumentaba en familias adoptantes que habían vivido el divorcio (en 75% de estas sus hijos habían repetido al menos un curso) frente a los no adoptados de familias divorciadas ( en un 58% de las familias divorciadas no adoptantes los hijos habían repetido al menos un curso) Lo cual vuelve a poner de manifiesto el añadido que suponen los procesos de duelo (el divorcio es un duelo. El concepto de “duelo” tiene que ver con la pérdida. Que un padre y una madre se separe supone un duelo, pues el hijo debe asumir que las dos personas en proceso de separación –a las que quiere- no volverán a estar unidas como pareja parental ni conyugal. Y esto al margen de que su relación sea más o menos amistosa o cortés)en las personas adoptadas.
¿Qué ha ocurrido en las personas adoptadas que prácticamente no han suspendido?
Hay un bloque de estilo de vida prácticamente indivisible: las relaciones entre el buen rendimiento escolar, la baja traumatización infantil, el buen uso de los recursos familiares y la calidad de vida del adoptado. Dicen que podemos adivinar, especialmente en la etapa secundaria, lo que ocurre en la vida del alumno/a o en sus estudios con tan solo conocer una de las dos cosas…
La respuesta es que las personas que van bien en los estudios ( el sistema escolar mayoritariamente es muy convencional) han tenido en general menos problematización y han estado en familias donde los recursos familiares se han conseguido manejar con más facilidad (y viceversa). Posiblemente el propio ambiente que se estaba respirando dentro de la familia era acorde con el ambiente de ajuste que el adolescente trae del colegio. El mal ambiente familiar afecta al rendimiento. Pero el mal rendimiento escolar también afecta a la familia, que debe tener los recursos y herramientas para poder manejar todo ello con ajuste y adaptabilidad.
Calidad de vida: satisfacción escolar.
“A los adolescentes adoptados el ambiente de colegio e instituto les resulta agradable y satisfactorio al 60%. No les gusta al 17%.Y el otro 23% no lo tiene claro. Los que mejor se encuentran provienen de Asia.”
La satisfacción escolar y el número de suspensos en la población no adoptada guardan una relación muy estrecha. Pero esta relación es aún más elevada en la muestra adoptada, donde el grado de satisfacción con el colegio permite pronosticar el número de suspensos que va a obtener el alumno.Los indicadores de satisfacción escolar están todos por encima de la muestra de no adoptados, destacando la satisfacción con el profesorado y sus buenas relaciones con ellos.
Es evidente que el grupo de adoptados es un grupo relativamente acomodado al ambiente escolar ( Todas las puntuaciones están por encima del “moderadamente “ y acercándose a “mucho”), al menos un 60% de ellos y otro 23% está moderadamente a gusto. Son un 17% los que están de verdad a disgusto insatisfechos. Esta última cifra es ligeramente más elevada que en el caso de los no adoptados
No se han encontrado diferencias entre chicos y chicas adoptados en cuanto a la satisfacción escolar. Pero se han encontrado diferencias entre adoptados y no adoptados en la vivencia del colegio, siendo más positiva para el grupo de adoptados provenientes de Asia, con unas divergencias muy marcadas. En el gráfico siguiente aparecen los valores que han obtenido los diferentes grupos.En este caso los procedentes de Asia (fuertemente satisfechos) y de América Latina (satisfechos) se encuentran por encima de la muestra de control (no adoptada), mientras que los procedentes de España y países del Este europeo se encuentran en una situación muy similar a la muestra de no adoptados (satisfacción intermedia).
Cuadro. Satisfacción escolar en adoptados y no adoptados
ADOPCION EN LA ADOLESCENCIA Y JUVENTUD
Autor : Félix Loizaga Latorre (coord.)
ISBN : 978-84-271-4132-2
Año de publicación : 2017
Ediciones Mensajero. Grupo de comunicación Loyola.
Félix Loizaga Latorre.Doctor en Psicología. Instituto Nicolás Larburu y Universidad de Deusto (Bilbao) Máster en Sexualidad Humana. Máster en Residencia de Salud Mental. Psicoterapeuta Europeo (EFPA) y Terapeuta Familiar. Imparte clases relacionadas con la Psicología Clínica, las Familias y los Menores. Asesora y orienta a familias, parejas o personas con dificultades /problemas psicológicos. Investiga sobre la temática familiar y la Adopción Familiar. Ha publicado diferentes libros y artículos relacionados con la adopción familiar, la educación sexual y la evaluación del apego. Entre ellos destaca Adopción hoy: nuevos desafíos, nuevas estrategias.
Igone Martínez. Graduada en psicología por la universidad de Deusto. Sus trabajos de fin de grado y de psogrado se relacionan con la adopción familiar.
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