Existen causas como el estrés al que se encuentra sometido un niño cuya vida cambia completamente de pronto: cambio de país, del entorno donde vive, de cuidadores, de sabores, olores, etc, que pueden ser el motivo de cambios frecuentes y espontáneos en su estado de ánimo, hasta tal punto de tener actitudes que por ser tan volubles no son previsibles a modo de causa y efecto.
Un hecho, una palabra o gesto sin importancia aparente puede desencadenar en algunos niños una crisis de angustia o un ataque de ira o de cualquier otra emoción improcedente difícil de explicar, que pueden convertir cualquier situación normal en un drama.
Los niños que experimentan estos cambios de humor y de emociones son víctima de las circunstancias externas. Un niño cuando tiene que adaptarse a muchos e importantes cambios se agota mucho mentalmente. Un hecho inesperado, o algún pequeño contratiempo también puede ser causa de un cambio en el estado de ánimo del niño.
Esos cambios en la manera de expresar la afectividad, esa incoherencia tanto en la manifestación de emociones negativas: gritos o malos modos y la aparición de llantos intempestivos, como en las emociones positivas: risas exageradas, euforias repentinas, suelen surgir de forma repetitiva y sin ningún control ya sea en subidas o bajadas produciendo gran confusión en las personas que conviven o atienden a ese niño.
Labilidad emocional o labilidad afectiva
Ese descontrol de las emociones, acompañado de súbitos cambios de humor, que están fuera de lo normal es lo que se llama labilidad emocional o labilidad afectiva y no necesariamente debe ser considerado como un problema psíquico , aunque puede confundirse con los mismos signos y síntomas de casos psiquiátricos como el autismo, la esquizofrenia o el trastorno de angustia generalizada, porque se asemejan en gran medida.
Hay que hacer una diferenciación entre lo que es el estado de animo y lo que son las emociones.
El afecto es un estado que influye en el organismo y en la mente del individuo, puede ser agradable o desagradable, activarse o dejar apagado. El término afecto hace más referencia al sentir interior que a la influencia de factores externos, es decir que se refiere al estado de ánimo interno del individuo en un momento específico. El concepto de afecto está estrechamente relacionado con el de emoción: esta se entiende como una reacción afectiva intensa a un estímulo. Un impulso a actuar, una condición psicológica y biológica de respuesta a ciertos estímulos internos o externos al organismo.
Los estados de ánimo son menos específicos, más duraderos y menos intensos que las emociones.
Entre los factores desencadenantes de LA LABILIDAD EMOCIONAL se encuentran:
- Factores del desarrollo orgánico: vida intrauterina, nacimiento y amamantamiento cuyas deficiencias implican una baja oxigenación general
- Esa baja oxigenación determina un desorden en ese organismo poco desarrollado, lo cual conduce a una inadecuada asimilación de nutrientes
- Como consecuencia tendremos: FALLA PROTEICA, DEBILIDAD, DESNUTRICIÓN
- pobre tolerancia a la frustración, INFELICIDAD, DESANIMO, TRISTEZA.
Recomendaciones :
Una mejora en la nutrición, no exponer al niño a fuertes estímulos sensoriales, evitar los sobresaltos y anticipar los cambios procurando para el niño la estabilidad que necesita basada en hábitos rutinarios. En definitiva evitar aquellos factores que puedan influir en esos cambios del estado de ánimo del niño.
Más información:
Trastornos de la afectividad y de las emociones
Trastornos emocionales: labilidad emocional
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