Imagino que en estos momentos habrá familias inquietadas, con un nudo en el estómago, porque el colegio les ha planteado el que su hijo repita curso.
Hay en la red artículos interesantes y prácticos sobre el tema de repetir curso: ventajas e inconvenientes, cómo enfocar el tema con nuestro hijo, cómo ayudarle, etc. Es importante leerlos, comprender cuál es el problema de nuestro hijo y en qué medida repetir le beneficia.
Pero voy a mirar hacia otro lado. Voy a mirar hacia la preocupación y la angustia que nos invade ante la idea de que un hijo repita curso. Escribo como siempre a vuela pluma y me apoyo en lo que otras madres me han confesado y, por supuesto, en mi misma.
Ya se sabe que repetir no está bien visto, aunque el profesorado, pedagogos y psicólogos nos digan lo positivo de repetir, repetir tiene muyyy mala prensa. Incluso los mismos docentes tienden a infravalorar al alumno repetidor.
Aunque poco a poco se ve con otros ojos el hecho de repetir curso, la mayoría continua viendo al niño que repite como un vago o como un tonto y cortito o como un niño conflictivo y raro. Y nos guste o no, más de uno así va a juzgar a nuestro hijo repetidor. Por esto, el que alguno de nuestros círculos sociales se entere de que nuestro hijo repite nos pone la piel de gallina.
Dentro de esa mayoría que mira mal el hecho de repetir estamos nosotros mismos, padres… hasta que de pronto nos dicen que nuestro hijo debe repetir curso.
Te dicen “es bueno para tu hijo”, “le vendrá bien”… sin embargo, una voz en tu interior, quizás no esté de acuerdo con esto y murmurará y no nos dejará en paz. Son pensamientos que cruzan veloces nuestra mente y que no nos atrevemos a decir en voz alta… Cosas como estas o parecidas.
Si es tan bueno es repetir curso, que repita su hijo. ¡Tonterías!.
Como no es su hijo, es fácil opinar y decir que es bueno… Pero ¿a que sus hijos no repiten?
Este tutor es un incompetente, si hubiera hecho algo no estaríamos así. Es un inepto, si veía que iba mal ¿por qué no nos ha avisado? ¿por qué no ha hecho algo para ayudarle?
La culpa la tiene el colegio
No va a repetir, no lo voy a permitir… tiempo tiene para eso. Con un poco que haga este verano se pone al día.
Mi hijo es medio tonto.
Es un vago.
Solo piensa en sus tonterías, juegos, amigos…
Un inútil.
Un desastre.
Un infantil.
¿Cómo serán sus padres biológicos? ¿Serán inteligentes?… quizá sea genético…
¡Que no se enteren los otros padres, no se lo digamos a nadie!
¿Con quién voy a estar ahora en el patio? ¿Ya no puedo estar con las madres de siempre?¿Qué van a decir?
¡Qué vergüenza me da solo el pensar en algunas personas cuando se enteren¡ ¡cómo nos van a mirar, a juzgar¡ No quiero que se entere ni F… ni…
¡Qué va a ser de este hijo¡ no va a llegar a nada en la vida. Ni universidad ni nada de nada.
Lo que le hacía falta, además de… no tener amigos… o de ser tan poco agraciado… o de ser un patoso… ahora a repetir… lo que le faltaba.
¡Qué habré hecho yo mal¡ tendría que haber estado más a atenta, haberle ayudado más. La culpa es mía.
¡Pobre hijo mío que va a ser de él¡
No me merezco un hijo así de zángano… ¡qué vergüenza¡ ¿Por qué me ha tocado a mi un hijo así?
¿Cómo se atreve a hacerme esto?
Con este hijo no puedo vivir en paz. ¡Qué asco¡
¡Este mono se va a enterar de lo que vale un peine¡ No se va a mover de la silla, fuera móvil, fuera piscina, fuera todo… se va acordar de esto.
Estos pensamientos están unidos a intensas emociones:
Miedo
Ira
Vergüenza
Lástima
Responsabilidad y culpa,
Humillación
Todos queremos a nuestros hijos. Lo cual nada tiene que ver con que nos enfademos con ellos y pensemos barbaridades como estás y otras peores. Solo son pensamientos que se disuelven en la nada, porque nada son, y que nos avergüenza reconocer.
El año pasado cuando decidimos que lo mejor era que mi hija repitiera curso, me vi envuelta en esta revolución emocional. Mi cabeza, tan lógica ella, iba por un lado y mis emociones por otro.
Decidí guardar silencio y no decir nada a nadie (incluida mi hija) hasta que yo misma asumiera la situación y lograra calmar todos mis temores. Baje persianas a mí alrededor. Yo no he repetido nunca. Aún así miré hacia atrás y recordé lo que era para mi repetir: un drama, mejor una tragedia. Si llego a repetir no quiero ni pensar como se hubiera puesto mi padre, cómo me hubiera hecho sentir de culpable, irresponsable, mala y estúpida… hasta llegué a sentir angustia y terror imaginando esta situación que no existió.
Repasé mis creencias, algo inconscientes y simplonas, sobre la importancia de la “inteligencia” en la vida, de las buenas notas, de la brillantez académica, etc.
También recordé lo injusto que fue mi trato con los compañeros repetidores… ese desdén, esa forma de ignorarlos y juzgarlos como tontos. Si yo hubiera repetido se me hubiera caído el mundo encima, me hubiera sentido la más inútil, estúpida y tonta del mundo…
Pensé en cómo influyen ciertas personas y grupos en mi y como la incomprensión de algunos y la maledicencia de otros me podían afectar. Sin duda me iban a molestar, pero me propuse no darles poder sobre mi. Y pensar en todos aquellos, familiares y amigos, que iban a apoyar a mi hija de corazón..
Dejé que estas emociones me llenaran. Y empecé a sentir paz.
Repetir curso seguía estando envuelto en una bruma de incertidumbres y temores. Sin embargo, estaba tranquila. Pude olvidarme de mi misma y dejar crecer una gran empatía hacia lo que mi hija en estos momentos callaba y sentía. Pude percibir su cabeza crítica juzgándose así misma sin contemplaciones con gran dureza. Imaginé sus miedos al rechazo de profesores y compañeros, a empezar de nuevo en otro grupo con nuevos niños, a ser tonta, irresponsable, a que la quisiéramos menos por esto… a no hacer pie en ella misma.
Me concentré en lo que hay de positivo y me alegré (mente-emoción de la mano) de que mi hija repitiera curso.
Hablamos con ella de los porqués de repetir curso, de lo que iba a ganar, sin minimizar para nada sus sentimientos y miedos y los aspectos negativos, que los hay.
Hoy, un curso después, estoy contenta. Creo que repetir ha sido bueno y creo que voy a preparar otra entrada con lo que he visto positivo y negativo este curso para que el tiempo no desdibuje esta experiencia.
Itsaso Urdaibai.Por tu manera tan particular de mirar el mundo y de compartirlo.
No os perdáis su blog Cuaderno de retazos. Sus admirados pintores y sus reflexiones donde habla de adopción desde sus emociones y desde el esfuerzo por entender esos mundos paralelos en donde habitan los niños de nuestros sueños más movidos.
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