Querido profesor, Querido maestro:
Comprender bien a un niño, educarlo, instruirlo e integrarlo es una tarea sumamente difícil, que requiere tener una gran disposición y vocación. Pero figúrate si eres significativo en la vida de ese niño que puedes tener para él una importante función reparadora. Porque ese niño puede establecer vínculos contigo como figura de apego. Porque en el colegio representas su referente adulto, el que le enseña a regularse, el que le da seguridad. Y sin duda esa relación de confianza que el niño establecerá contigo será decisiva para asimilar los aprendizajes que le propongas. Pero todo va a depender de ti y de tu capacidad para asumir lo que el niño proyecte en ti, no del método que emplees para enseñarle ni de la materia que enseñes.
Gracias por ayudarnos y por hacer de la escuela un lugar feliz.
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