Aunque no serán las únicas personas en preguntarnos sobre el tema, nuestras hijas e hijos son las únicas personas a las que debemos una explicación sobre el papá o la mamá ausentes.
Una parte importante de cómo se sientan ellos va a depender de cómo nos sintamos nosotros en relación a este tema. Si la persona, por ejemplo, no ha resuelto los sentimientos que le puede provocar el hecho de que no haya podido tener un hijo biológico o una familia biparental , le resultará difícil hablar de la figura ausente. No podrá escuchar y empatizar con los sentimientos que provoque en su hijo/a la falta del padre o de la madre, porque se reestimularán su dolor y frustración y no podrá transmitir a su hijo/a un sentimiento positivo.
Así, en el caso de que la persona haya llegado a la adopción en solitario porque sus expectativas de formar una familia biparental con hijos biológicos no se hayan cumplido, es muy importante que primero elabore el duelo por esa pérdida, para que se pueda producir el advenimiento del hijo/a adoptado y la monoparentalidad como forma de vida familiar, sin que suponga un riesgo para ambos.
La pregunta sobre la figura ausente va a llegar, porque, al fin y al cabo nosotros elegimos la monoparentalidad como forma de crear nuestra familia, pero ellos no eligieron el no tener padre o madre. La mejor respuesta es aquella que es honesta y que se da desde una perspectiva positiva.
Cuando son pequeños/as y preguntan por qué no tienen padre/madre, no significa que deseen o necesiten una explicación profunda sobre el nacimiento, la adopción, el matrimonio, etc. sólo necesitan una explicación sencilla: “Bueno, como yo no estoy casada/o, no tenemos un padre/madre en casa”. Puede que, entonces, pregunte por qué no tenemos marido/esposa, en cuyo caso una respuesta sencilla también es suficiente: “por que no encontré la persona adecuada para casarme”.
Otra fórmula es poniendo énfasis en lo positivo, acentuando lo que sí tenemos en vez de aquello que falta o no tenemos. No hay un padre, pero hay tíos, abuelos, amigos, etc. que los quieren, se divierten con ellos, o tías, abuelas, amigas, etc. en el caso de familias monoparentales masculinas. Todas estas figuras no sustituyen al padre o a la madre ausentes, pero sí pueden cubrir la necesidad de personas con roles masculinos o femeninos en sus vidas.
También es importante que sepan que existe una gran diversidad de combinaciones familiares y que su situación no es extraña. Hay familias que tienen un padre y una madre, otras sólo tienen un padre y otras sólo tienen una madre, otras tienen un padre que vive en otra casa y una madre que vive con ellos, etc. En unas familias, los niños nacen de las barrigas de sus mamás y en otras, nacen un poco más arriba, en el corazón, a través de la adopción.
Lo más importante es que comprendan que su familia es perfecta, tal como es. Si la persona adulta siente que es una pena que no tengan padre o madre, lo más probable es que el menor lo perciba, y sienta que no es bueno no tener padre o madre.
Como familias monoparentales, la figura ausente es el resultado de la decisión del padre o de la madre, no de los hijos/as y esto, por tanto, debe enfatizarse, enfocando el tema hacia los adultos y no hacia los menores, que no son responsables de la situación.
Aunque la madre o el padre adoptivo no existan es importante que les hagamos ver que sí tienen o han tenido una madre o un padre biológicos, porque pueden haber asumido tanto la ausencia de la figura materna o paterna, que cuando son pequeños, piensen que tampoco los han tenido. Fue lo que descubrió una sorprendida madre cuando comprobó que su hija de 4 años tenía tan asumida la ausencia de la figura paterna que pensaba que tampoco había tenido padre biológico y que había nacido de una forma diferente a los demás niños.
|Marga Muñiz Aguilar Terapeuta y escritora. Logopeda y Orientadora Educativa, trabaja desde hace más de dos décadas con niños que tienen dificultades de aprendizaje. En su web se pueden encontrar muchos recursos y ayuda para superar las dificultades en el aprendizaje…
|Autora de Cuando l@s niñ@s no vienen de París obra a la que pertenece este artículo y que escribió, como ella cuenta en su biografía,”cuando dos criaturas maravillosas al otro lado de un hilo rojo me llevaron a investigar sobre un tema del que necesitaba saberlo todo y del que casi nadie sabía nada en nuestro país”.
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