El universo adoptivo se va ensanchando a medida que compartimos nuestras experiencias, avanzamos en nuestros conocimientos, crecemos con los medios y con los profesionales que vamos conociendo -profesionales de talla-, con los recursos, los estudios, hasta el lenguaje va adquiriendo nuevas formas de expresión. Expresarnos más abiertamente es ya una realidad para muchas familias adoptivas , hablamos, escribimos y compartimos, nos familiarizamos con un lenguaje a veces técnico, a veces muy técnico y otras difícil en su contenido también: Neuropsicología, sinapsis, hipotálamo, amígdala – que hasta hace poco sólo sabía situar en la garganta-.Incorporamos ideas y conceptos y aparecen nuevas palabras que definen o que explican mejor las circunstancias, son necesarias para que argumenten las realidades o contextualicen los escenarios por los que las familias adoptivas transitamos. La periadopción es un término que han acuñado y que aplican en la C0nsultoría de adopción Aleta, un equipo de profesionales experimentados y especialistas en adopción dirigidos por el Dr. José María Ballarín Médico.Especialista en Psiquiatría y Psicología Médica. Psicoterapeuta Familiar.
Periadopción es un concepto que , creemos, hemos acuñado en esta consultoría.
El término “peri” procedente de la Medicina, describe con precisión “aquello que esta alrededor de”. En efecto: el conocimiento, la experiencia, la escucha y recopilación de diferentes historias de adopción, nos han llevado a pensar que el “abordaje conjunto” del período inmediato anterior e inmediato posterior al hecho real del “momento de adopción” ofrece una perspectiva y unas posibilidades de ayuda mucho más tranquilizadoras y rentables para la pareja adoptante. Son pues razones de peso y no de originalidad las que nos han llevado a decidir así y plantear a las parejas este “abordaje conjunto al que llamamos periadopción”. No significa un avance ni una novedad importante en el tema de adopción. Sí es, una mirada diferente que individualiza un período de la misma: la periadopción.
A lo largo de los años, en el tratamiento, acompañamiento o simple conocimiento de diversas historias de adopción, hemos llegado a formular el criterio de que estos dos períodos consecutivos, son dos elementos que sumados, dan lugar a un bloque de vivencias y experiencias que hemos identificado y llamado de este modo.
“PERIADOPCION” pues, del mismo modo que lo “perinatal” comprende el nacimiento en su inmediato antes y después del mismo. También porque este proceso es un auténtico “nacimiento” de la nueva familia. También porque para los padres, ambos en este caso, es un auténtico “parto”. Finalmente al niño/a adoptado le supone una dificultad y un trauma de primera instancia de la categoría e importancia de “estar naciendo o “ser dado a luz”. En realidad “es dado” a otros.
El período inmediatamente anterior a la adopción se caracteriza por la espera impaciente, la angustia ante lo desconocido y la vulnerabilidad a un amplio espectro de miedos y aprensiones.
El inmediatamente posterior (el contacto ya real con el niño) se caracteriza por la avalancha de preocupaciones (todas a la vez) que nos asaltan en su presencia y a partir de las cosas que van sucediendo. Tratamos de analizar exhaustivamente el significado de sus actos y movimientos, muchos de los cuales carecen de verdadera relevancia aunque nos parezca lo contrario. En global: el antes y el ahora. De la angustia de espera del antes -poblada de fantasías y fantasmas-, a el ahora concreto que reclama soluciones o acciones inmediatas frente a algo que no habíamos previsto, ni siquiera pensado: no nos lo esperábamos o no así.
El conjunto de ambos períodos descritos (periadopción) es el que merece ser individualizado y ayudado (apoyado o asistido) de un modo especial. Y diferente para cada pareja o adoptante monoparental. Este período descrito es de una duración variable en cada adopción según las diferentes circunstancias que presenta cada caso (nacional o internacional, en la casa o fuera de ella, con desplazamientos o no, en el seno de la familia global o sin su apoyo; enfin un sinfín de circunstancias que no vale la pena pormenorizar aquí). Por lo antedicho debe ser individualizado en el tiempo total que se le acorde a cada caso. Para que se comprenda de que hablamos, nosotros le acordamos, en líneas generales un tiempo mínimo de un mes (2+2 semanas: más propio de la adopción nacional) y máximo de dos meses (3+5 ó 4+4 semanas: más coherente con la adopción internacional).
Dispositivo especial de ayuda
Consiste en algo tan simple como el que la pareja o persona adoptante disponga durante este tiempo definido y acotado “a priori” de la posibilidad de establecer comunicación telefónica inmediata con uno de nosotros para plantearnos sus dudas o problemas que, para él y en ese momento, o son verdaderamente acuciantes o los vivencia de esa manera. Y esto durante toda la duración establecida del período y las 24 horas del día. Aunque no sería necesario, pues se espera del sentido común de los adoptantes, lo aclararemos un poco para además describir mejor la función del dispositivo. Evidentemente no se trata de un servicio más, o parecido a las 24 horas a la carta, que tan buenos resultados ha dado en términos de “comodidad en el consumo”. Tampoco de un elemento destinado a “calmar cualquier tipo de angustia inmediatamente” porque no la soportamos. Se trata de una posibilidad a utilizar con sensatez y cuando sea necesaria, y que deberá esperar a un horario civilizado para establecer la comunicación, si ello es posible. Pero que también comprende la posibilidad de llamar desde Bombay a las 04:00 horas de España si se considera necesario y sin la menor duda o reticencia.
Es pues algo que ha sido pactado con cada pareja y que se puede y se debe usar en caso de necesidad o desorientación ante una situación imprevista o difícil. La pareja dispone pues de un número de teléfono especial, dedicado a este fin. Al otro lado del hilo encontrará a alguien que ya conoce su caso: bien por haber tomado contacto anteriormente con nosotros y pactado el dispositivo o bien en un segundo momento (viaje, distancia, etc), porque ya le hemos atendido en el último período de “espera”.
Realizada la adopción y ya “en casa todos” este servicio se mantiene todavía como ya se ha dicho unas semanas más, hasta que la familia entre en su el siguiente período: la postadopción.
Descrito el dispositivo de ayuda sólo queda añadir que los mayores beneficios que reporta no sabemos bien si están en su uso o en la simple posibilidad del mismo. Que duda cabe que si efectuamos una consulta, planteamos una duda, exponemos un problema y somos ayudados correcta y eficazmente: estamos satisfechos. Pero, usado o no, la tranquilidad que produce el poder usarlo, el “contar con el en todo momento” parece ir impregnando de tranquilidad, calma , normalidad y buen hacer las adopciones que han dispuesto del mismo de forma casual. Y no digamos la tranquilidad con que se enfrenta “el viaje” llevandolo en el equipaje y estando ya familiarizados con el “contar con el” y haberlo usado ya si ha sido necesario. Es como que la simple tranquilidad de un antes bien vivido, repercute en un luego, al que se accede con una actitud de calma interna.
Saber Más de Aleta consultoría de adopción:
En esta consultoría existen lo que ellos llaman Los Primeros Viernes de Adopción son un espacio pensado para posibilitar la reunión y el intercambio de experiencias, preguntas, opiniones, soluciones cuando sean pedidas, informaciones útiles, y un largo etc. de posibles intercambios entre adoptantes; ya sean parejas o personas solas (monoparentales).
El proyecto es de asistencia gratuita y tiene como objetivo emplear la gran capacidad de autoayuda que tienen unas personas hacia otras, cuando contemplan un hecho diferente al propio y como ésto es útil para ambos.
No es necesario tener problemas con la adopción (hecho que también se contempla) para beneficiarse de la asistencia, sino desear aprender más acerca de ella, desde la salida de nuestro pequeño caso a la apertura a otros distintos.
Os invitamos a acercaros a su página web y a conocer a este equipo y su director.
Saber Más de José María Ballarín y su trayectoria:
Es el responsable de Los Viernes adoptivos.Su concepto de «grupo» es el de un espacio muy útil, práctico y lleno de posibilidades de intervención de los participantes.
Es padre adoptivo, lo que le da -sin necesitarlo- un valor añadido. Para él la familia «es algo más parecido a una selva que al portal de Belén. Hay luchas de poder, alianzas positivas y negativas, conspiraciones, deudas, decepciones, silencios y alborotos entre sus miembros. Aunque todo ello está rodeado y empapado de afecto sincero» .Como sincero cercano y afectuoso, nos ha parecido este médico fácil en el trato, que como él mismo en su página web comenta, se siente sobre todo «médico en un sentido clásico, hipocrático; y que su práctica incorpora, valora y emplea la Psiquiatría y la Psicofarmacología, pero está más volcada en la Psicoterapia Profunda de formación e inspiración psicoanalíta.»
José María Ballarín. Acompañar a otro ser humano en el camino de la vida - adopción punto de encuentro
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