La memoria es un factor esencial en el proceso de aprendizaje. Se trata de una función básica para conseguir el máximo aprovechamiento de las experiencias de aprendizaje en la importante relación temporal entre «lo nuevo» y «lo antiguo». Para la comprensión adecuada de las nuevas experiencias cabe contar con un archivo bien organizado en relación con las experiencias antiguas. Como es bien sabido, la utilización de la información ya almacenada supone un elemento crucial del aprendizaje significativo en la medida en que éste es posible, en parte, gracias a la operación consistente en relacionar la nueva información con la antigua. En el terreno de las dificultades de aprendizaje la memoria es un tema crítico por tres razones fundamentales, tal como se han encargado de señalar Swanson, Harris e Y. (2003;182):
– En primer lugar, porque la utilización de la memoria refleja otros aspectos del aprendizaje. Es una especie de puerta a través de la cual podemos ver el funcionamiento de la cognición del niño.
– En segundo lugar, porque tenemos suficiente constancia como para poder afirmar que los niños con dificultades de aprendizaje no aprovechan de forma espontánea todas las posibilidades de su memoria.
– En tercer Jugar, porque la investigación sobre memoria ha generado gran parte de los principios en los que se basan muchos programas de intervención en niños con dificultades de aprendizaje.
Por otro lado, si bien otros muchos problemas dependen en gran medida de la del niño en su relación con las dificultades de aprendizaje (es el caso de las alteraciones fonológicas); en el caso de los problemas de memoria (por ejemplo, la memoria de trabajo) son independientes de la edad cuando van asociados a una dificultad de aprendizaje.
¿Qué aspectos de la memoria son los que generalmente constituyen un problema en los niños con dificultades de aprendizaje?
Todo trabajo sobre la memoria ha de partir de la premisa de que ésta no puede ser entendida como una entidad indiferenciada, sino más bien como un proceso complejo y multifacético. En la misma podemos distinguir el reconocimiento de la evocación, el proceso de adquisición, el de retención y el de recuperación. Cada uno de ellos tiene, desde el punto de vista de los problemas de memoria, sus propias peculiaridades. Debemos diferenciar también diversos planos estructurales: memoria sensorial, memoria de trabajo y memoria a largo plazo. Según el sistema sensorial que la sustenta podemos, a su vez, distinguir entre memoria visual, auditiva y motora.
En los niños con dificultades de aprendizaje los problemas en el manejo de la memoria son variados como la memoria misma y por tanto, uno de los aspectos esenciales consistirá en determinar de un modo comprensivo la naturaleza del problema. Solamente con una evaluación inicial correcta podremos abordar adecuadamente el tratamiento. No debe olvidarse que en la memoria, al igual que en el resto de características de los niños con dificultades de aprendizaje, no existen unos patrones modelo de alteración o dificultad, sino que cada niño presenta su forma peculiar de dificultad memorística. No obstante, los especialistas coinciden en tres factores claramente diferenciadores:
– No se trata, de un problema de memoria estructural, sino de un problema de «uso» de la memoria. El alumno no sabe cómo organizar, almacenar y recuperar la información de la mejor manera posible.
– Los niños con problemas de aprendizaje presentan una dificultad especial para diferenciar, en la información que reciben, lo importante de lo accesorio; les es difícil, en definitiva, descubrir lo «relevante». Así pues, a menudo, en el proceso de memorización de un texto toman como elementos básicos del recuerdo elementos (como palabras señuelo) que en sí mismos son totalmente accesorios y tienen poca relevancia en relación con el contenido semántico del texto.
– Estos aspectos explican el problema de metamemoria que presentan: no ven la importancia de organizar el material y de retenerlo; por ello, éste deberá ser uno de los aspectos fundamentales en el proceso de reeducación.
La reactivación y los períodos vacacionales
Un elemento esencial para conseguir afianzar el recuerdo en los alumnos con dificultades de aprendizaje que tengan a la vez problemas de memoria es la reactivación y su gran enemigo son los períodos vacacionales. Éste es un aspecto que suele sorprender en gran manera al profesional novel en el campo de las dificultades de aprendizaje. Cuando creía que tenía toda una serie de aprendizajes consolidados, el alumno se va de vacaciones y a su regreso parece que todo se ha perdido. Y la verdad es que en gran manera sí se ha perdido. Ésta es la demostración del gran valor que tiene la reactivación no sólo en el desarrollo general (Rovee-Collier y Hayne, 1987) sino sobre todo en este tipo de alumnos a los que nos venimos refiriendo. La reactivación es la mejoría que obtiene la memoria a través de breves encuentros con la experiencia original. Este beneficio que se obtiene con lo que corrientemente denominamos repaso es de una importancia trascendental cuando trabajamos con alumnos con dificultades de aprendizaje.
En este sentido, hemos de luchar en contra de que se den largos períodos de inactividad en relación con los aprendizajes. Todo lo que sea más de una semana sin dedicar un tiempo al repaso es muy perjudicial para estos alumnos. En los períodos de vacaciones, podemos prescindir de plantearles nuevos retos de aprendizaje pero en ningún caso debemos renunciar a repasar lo ya adquirido. Es fundamental si nos referirnos al aprendizaje de determinados contenidos académicos.
Del libro: «Las dificultades de aprendizaje escolar. Manual práctico de estrategias y toma de decisiones.» Eduardo Rigo Carratalá. Ars Medica, 2005 Editores.Barcelona.
You must be logged in to post a comment.