La vía ordinaria para seres extraordinarios.Nano Gallego. Padre adoptivo de dos niños.

De todos es sabido… no, perdón… de todos los padres adoptivos es sabido que los niños adoptados son niños con necesidades especiales derivadas de un motivo fundamental: el abandono. He matizado mis palabras porque, por desgracia, no de todos es sabido, incluso a veces es hasta desconocido por amigos y familiares de estos niños.
El caso es que lo que me trae hoy aquí es la necesidad de exponer una problemática ante la que, por ley y por el sistema educativo que se «preocupa» de nuestros hijos, antes o después se pone de manifiesto en todas las casas con hijos adoptados. Esta problemática es la sencilla razón de que dicho sistema educativo trata a los niños adoptados como iguales a sus congéneres… y si, son niños iguales, pero a la vez muy diferentes por su historia de vida. Más nos gustaría que el punto de partida fuera el mismo.
El problema que vengo a exponer es que desde las instituciones estos niños a veces son tratados como iguales y otras veces no. Me explico. Las autoridades tienen el conocimiento de que son niños que, hacia dentro tienen unos patrones de conducta y comportamiento muy concretos, y hacia afuera, tienen unos problemas sociales generales comunes (el famoso bulling, por ejemplo)… Tanto es así que las instituciones cuentan con los llamados «servicios de postadopción» puesto que, como digo, conocen los problemas que padecen estos niños. Si no, también habría un «servicio de post hijos biológicos» después de cualquier nacimiento.
Esta tarde he ido al colegio a recoger la solicitud de acceso a un centro de secundaria para mi hijo Juan, español de origen peruano. Al leerla, de nuevo y para mi prolongada pena, he visto cómo las instituciones, en este caso la Consejería de Educación de la Comunidad Autónoma de Extremadura, no tenían un hueco para el. De nuevo el colectivo de niños adoptados son «un ente» invisible para la cosa pública. Si ya el hecho de cambiar a un niño adoptado de su ámbito regular, de su ambiente conocido, es delicado y puede llegar a ser traumático (no es algo que lo diga yo, es algo científica y psicológicamente demostrado), el no tener la posibilidad de velar por ese cambio es algo duro para las familias.

Y la palabra que vengo a reinvindicar con esta misiva es la plabra PRIORIDAD, y si, alto y en mayúsculas: PRIORIDAD.
Al leer la solicitud de acceso para mi hijo (adjunto imagen), el primer punto a rellenar es:
SOLICITA se aplique a mi hijo la prioridad para la obtención de la plaza:
– Ordinaria
– Reservada para alumnado con necesidad específica de apoyo por incorporación tardía al sistema educativo español, o que represente desigualdades derivadas de factores sociales, económicos, culturales, geográficos, étnicos o de otra índole.
– Reservada para alumnado con necesidades específicas especiales.
¿Cual marco? Hoy por hoy, tal y como el sistema educativo trata a los niños adoptados-acogidos, debería de marcar la casilla ordinaria. Y no es así, y si no lo saben, ya se lo digo yo, no es así: ni los niños adoptados pueden ir por la vía ordinaria ni el sistema los contempla en ningún lugar.

Bien, creo que en ocasiones como estas es mejor tirar de sencillos ejemplos que cualquiera pueda comprender con facilidad. Es más, pongamos el ejemplo más básico. Imaginemos la siguiente situación. ¿Es más fácil que un niño negro o con rasgos orientales tenga problemas de inserción en un instituto? ¿Es más fácil que padezca acoso escolar? Ya les respondo yo. Por desgracia SI. ¿Se trata entonces de un caso especial? SI. Pues entonces Sí o Sí, estos niños y sus familias deben tener prioridad en algo tan importante como es el lugar donde serán formados y pasarán la mitad del día durante varios años.
He puesto este ejemplo porque me parece el más gráfico y actual, y por no entrar en detalles como los déficit de atención, los temores, los trastornos, etc etc etc que padecen los niños adoptados y que, como decía al principio, son desconocidos por desgracia. Y si, necesitan PRIORIDAD… prioridad a la hora de que estos niños tengan acceso a lugares acordes con sus necesidades y prioridad para que las familias no vivan el desconcierto de no saber si sus hijos podrán estar en el lugar donde les corresponde.
Al final todo lo que aquí expongo es una llamada a las instituciones para que los niños adoptados sean reconocidos como lo que son: niños con necesidades muy especiales y con discapacidades emocionales derivadas de su punto de partida, el abandono.
PRIORIDAD ordinaria para seres extraordinarios.

Nano Gallego.

Padre adoptivo de dos niños.
Miembro de AAPE. Asociación Adopción Punto de Encuentro.
Miembro de AFADEX Asociación de Familias Adoptantes de Extremadura.
Fotógrafo y Periodista, pero, sobre y ante todo, padre.

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