Las fantasías en los orígenes. Por Beatriz Benéitez Pérez

Después de varios años de trabajo en mediación de búsqueda de orígenes puedo afirmar que todas las personas adoptadas, durante la infancia, durante la adolescencia, y ya en la edad adulta, tenemos fantasías sobre nuestros orígenes, y esas fantasías van cambiando con el tiempo, con nuestra edad, nuestra experiencia de la vida y nuestro conocimiento de la realidad del mundo.
En ocasiones, lo que imaginamos tiene que ver con los cuentos o películas, en los que de una manera u otra se trata la adopción.
Otras veces, nuestras fantasías tienen que ver con lo que nuestros padres nos cuentan porque lo saben o porque se lo han contado a ellos, o aún más, como ellos tampoco suelen saber mucho sobre nuestra historia y ellos también tienen que imaginarla, pues a veces nosotros «adoptamos» sus fantasías.

Estas son algunas de las explicaciones que nos dan a veces a nuestros padres sobre nuestras causas de adoptabilidad: que somos huérfanos, que nuestra familia de origen tenía muchos hijos y no podía hacerse cargo de nosotros, que nuestra madre era una «madre sola», que nos abandonó en un orfanato, en una comisaría, en la calle, en la puerta de una iglesia, que estaba muy enferma, que era alcohólica o drogadicta, que nos trataba mal, etc…en pocas o ninguna ocasión les dicen que nuestra madre biológica podía ser prostituta, o haber sido violada, o que después de un embarazo imprevisto decidió que no quería ser madre y pensó que otra familia podría hacerse cargo de nosotros.

Más tarde o más temprano todos pensamos e imaginamos sobre a quien nos parecemos, cómo son nuestros parientes biológicos, quiénes son, a qué se dedican, nos imaginamos incluso aspectos relacionados con su salud, el entorno en el que viven, su casa, su barrio, su pueblo o su ciudad, su país o su continente.

Hay fantasías que «idealizan» a la familia biológica, pensamos que podemos ser hij@s de alguna artista o incluso de una princesa que en algún momento va a venir a buscarnos o «rescatarnos» o por contra que somos hijo@s de una pobre familia que necesita de nuestra ayuda y somos nosotros los hij@s los que tenemos que ir a buscarles para rescatarles.

Hay otras fantasías que «desfavorecen» a la familia biológica y pensamos que son personas indignas que no merecen nuestro cariño y aceptación, que ni tan si quiera merecen nuestro respeto. Estos son pensamientos recurrentes que a veces cambian de una etapa a otra, pasando de un extremo al otro. Este tipo de pensamientos hace que muchas personas pongan en marcha su búsqueda de orígenes, porque piensan que van a encontrar algo maravilloso o porque quieren «salvar» a su familia de origen y sin embargo hacen que otras personas adoptadas no se planteen de ninguna de las maneras la posibilidad de buscar sus orígenes, porque si esa persona o familia fue capaz de abandolarle pues ahora para qué les va a buscar y así sienten que «castigan» con la indiferencia a sus familias de origen. […]

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La mayoría de nosotros nos mostramos ingenuos y no llegamos a imaginar que una mujer pueda llegar a estar embarazada no sólo por azar, sino incluso en contra de su voluntad y preferimos seguir pensando que en algún lugar del mundo hay una persona que después de estar embarazada y dar a luz renunció a ser nuestra madre, o aún más, y esto lo estoy encontrando más recientemente, que después de parir no le dejaron ser nuestra madre y fuimos separados sin su conocimiento y su consentimiento, en definitiva, que fuimos «robados» arrancados de sus brazos, y en este punto llegamos a imaginar que la persona o personas que nos separó de nuestra madre biológica fue un tercero, médico, enfermera, asistente social, etc… con algún interés oculto y no llegamos a pensar que en muchos casos esa o esas personas que nos separaron fueron los propios padres de nuestra madre biológica, es decir, nuestros abuelos biológicos o aún más, nuestro propio padre biológico, que puede ser que estuviese casado con otra mujer que no fuese nuestra madre o que teniendo en cuenta que en España hasta el año 1981 eran los padres de sexo masculino, los titulares exclusivos de la patria potestad, que fuese él quien decidió, sin el consentimiento de nuestras madres, si eramos entregados en adopción….y es que aunque desde nuestro actual siglo XXI nos cueste entenderlo, eso también pasaba, y sigue pasando en algunos lugares del mundo donde estar embarazada y soltera sigue siendo una deshonra para la familia y todavía hay lugares donde sigue siendo el padre, sin contar con la madre, el que decide el futuro de sus hij@s y puede decidir hacerse cargo de ellos o no.

Lo que también tengo aprendido es que casi ninguna de las personas adoptadas que busca sus orígenes imagina que es huérfana, a pesar de que a nuestros padres se lo hayan podido decir, y ellos lo quieran pensar, incluso nos lo hayan transmitido en nuestra infancia, nosotros tendemos a imaginar que no es verdad y que nuestra madre biológica está viva, en mejores o peores condiciones, pero viva….y que podremos buscarla y encontrarla.

 

 

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